Citamos a continuación o resumo publicado o 25 de xullo de 1935 no xornal “El Compostelano” e que redactou Eduardo Lence Santar y Guitián.
Después del exordio, en las primeras páginas lanza un canto a Arzúa y a los voluntarios Realistas.
Dice, entre otras particularidades, que Arzúa “fue siempre grande, sin ceder a pueblo alguno de la península, no sólo en el celo y defensa de nuestra religion santa, sino en el amor y la lealtad y obediencia a sus reyes y soberanos. Diganlo sino los frecuentes escritos y enérgicas representaciones que en los años 1812, 13 y 14, viendo vulnerados los sagrados cánones y nuestra legislatura, dirigió al seno del Gobierno y de las Cortes en defensa del Tribunal de la Fe, de los diezmos, de los regulares, y en sostener y vindicar los derechos de S.M. cuando lo ocurrido en Febrero de 1814 con los diputados de La Reina y Conde de Vigo.
Leánse los más acreditados periódicos de la Nación y en los números 12 y 14 de “El Exacto Correo”, 80 de “El Sentato”, 97 de “La Estafeta” y 113 de “El Procurador”, no sólo hallaréis allí mucho más de los que llevo insinuado, sino ciertas notas y observaciones que se hacen el más glorioso timbre y blasón de esta memorable Villa y sus habitates”.
Más adelante exclama: “Quien sino Arzúa dió el primer grito por los derechos legícimos de S.M. el 8 de Febrero de 1823, resonando ya su eco el día siguiente en casi toda Galicia, con tal sorpresa e indecible júbilo de todos los amantes del Rey de la Nación”.”¿Quienes fueron sino los guerrillereos y Realistas de la montaña, hijos de esta misma villa y sus inmediaciones, que do sdías después, al mando de aquel héroe, tan joven como valiente (1), hubieran arrollado entermente a los constitucionales en la reñida y sangrienta acción del puente Castro, a no haber quedado tendido en el campo de batalla este caudillo de su pueblo, con la misma gloria que Judas Macabeo y sus hermanos? ¿Y que diré también de lo ocurrido aquí mismo y e estas mismas calles, la noche del 19 al 20 de Marzo del mismo año, donde doce hombres, con su Comandante (2) y un subalterno (3), de la intrépida partida de la Mota hicieron rendir las armas a discreción a veinte y tanto soldados constitucionales con su oficial, persiguiendo y batiendo acto continuo, con igual denuedo y bizarría en las alturas de la Castañeda y puente Revadiso las tropas revolucionarias que de Mellid venían en su ayuda y socorro, y que después en gran número volvieron de noche sólo a vengarse de las campañas que hicieron pedazos.”
En una nota de la pág. 13 dice que Ptolomeo, en el libro 8º de su Geografía Universal habla de “Araduca”, vulgo Arzúa.
En otra, de la página anterior, se dice que bendijo la bandera del Batallón de Voluntarios, en nombre del Excmo. Sr. Arzobispo D. Fr. Rafael de Vélez, D. Francisco María de Gorostidi, canónico, cardenal y capellán del Batallón de Voluntarios Realistas de Santiago, y uno de los guerrilleros que en la última revolución más persiguieron , dentro y fuera de su país (Guipúzcua), a los enemigos del Altar y del Trono.
Gallego de corazón, el Dr. Pastoriza, en las páginas 21-22, manifiesta: “Pero, ¡oh Galicia, Galicia! ¿Que diré de ti después de haber resonado el eco de tu nombradía hasta más allá de la cumbre del honor y el estruendo de tus victoriosas armas hasta los ángunlos más recónditos del mundo civilizado? Tú, que hiciste revivir el espíritu militar en toda Europa, y concebir en los gabinetes humillados por la tiranía, las más lisonjeras esperanzas de recobrar tu antiguo lustre y esplendor: tú, que al filo de tus alfanjes, aunque arrinconados llenos de orín, viste caer a tus pies el resto de los vencedores de Austerliz, Jena y Marengo: Tú, que con la nueva táctica de tus brigans hiciste retrocedde de tu presencia y aun llenar de pavura al mismo coloso Bonaparte, sin perdonar desde tus guaridas y emboscadas, a sus tan decantadas águilas del Norte: Tú, que en cinco meses sacudiste el yugo de tu esclavitud en el Puente Sampayo, y ayudaste con tanta gloria a sacudir el de toda la Península en el Vidasoa: Tú, en fin, tan engradecida, tan encumbrada y tan llena de timbres, blasones y trofeos, ¿cómo no te estremeces al ver la desvergüenza y osadia con que un puñado de salteadores te insultan y vilipendian, tratando de comprometer tu envidiable tranquilidad y sosiego?”
En la página 29 dedica un recuerdo al valiente D. Gregorio Pastoriza y Taboada, diputado, procurador general de la villa y concejo de Arzúa, quien, en los primeros momentos de la invasión francesa, expusiera con tanto celo su vida.
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