A Arzúa de 1988 segundo a pluma de José Luis Alvite

Arzúa José Luis Alvite

Con motivo da décimo terceira Festa do Queixo de 1988 o xornal “La Voz de Galicia” publicou un especial no que se incluíu un artigo de José Luis Alvite baixo o título “Arzúa: un invierno de luz a fuego lento” e no que o famoso periodista acaba confesando que o seu soño era morrer en Arzúa, onde nos seus funerais uliría a un tempo a incenso e filloas.

O artigo estaba ilustrado cunha fotografía de Tino Viz e o texto dicía así:

Arzúa (Por José Alvite, enviado especial). ¿Cómo divertirse cuando uno se pasa la vida a 43 grados latitud norte y 8 grados 10 minutos longitud oeste? ¿Cómo sobreponerse a la melancolía, al tedio, al implacable pero morboso paso del tiempo cuando uno está de brazos cruzados en un lugar a cielo abierto, no pasa febrero y la temperatura media es de 7,5 grados centígrados? Para el viajero de la empresa «Freire» que circula con ciertas prisas entre Compostela y Lugo, la villa de Arzúa puede ser la inhóspita parada en la que un día (¿era Arzúa?) pudo comprar fuera de hora el regalo que olvidara. Para otros, Arzúa será el lugar en el que vomitó hace treinta años, cuando de niño le llevaban sus padres a Lugo, donde se entendía que empezaba el extranjero, donde inclusa parecía probable encontrarse gallegos negros. Pero para los arzuanos, la agridulce Arzúa es el foro familiar en el que cotidianamente debaten las cosas grandes y las cosas pequeñas, donde soportan las inclemencias de la vida en un clima que a este viajero le parece acogedor, hogareño, simple y hondo al mismo tiempo. Seguramente uno de los tan numerosos y a menudo exquisitos escritores de viajes que regaló al mundo Inglaterra hubiese hecho más por Arzúa que los coches de «Freire», que ya no es poco.

Paisaje conmovedor

Habría que empezar por viajar en carreta porque el deleite consiste generalmente en la parsimonia. Mi compañero Manolo Beceiro me transportó en un «Escort» e hizo lo posible por circular con cierta ceremonia, lo que me ha permitido degustar un paisaje vespertino verdaderamente conmovedor. No se trata en este caso del socorrido valle umbrío por el que corre el río manso y al que los poetas, siempre tan manirrotos, ponen ocasionalmente unos cerámicos cisnes danubianos.

Los ríos de Arzúa son cursos de altura, ríos aéreos, escarpados, con soberbios ejemplos de indolencia, como ocurre con las colas del embalse de Portodemouros, que inunda hermosas vaguadas. Las ácidas tierras arzuanas escupen el río, no se quedan apenas con sus aguas; hacen resbalar como agua de porcelana.

En el cautivador diapasón de Brandeso se fijó el genio de don Ramón del Valle Inclán para alojar a sus personajes durante las inolvidables páginas de «La sonata de otoño». Naturalmente, el Marqués de Bradomín no cabalga por las tierras altas de Arzúa porque a 340 metros sobre el nivel del mar parece imposible que sobrevivan los vegetales de que está hecha su alma, que es una especie de jardín veneciano, casi una flor acuática.

Pero necesitaba don Ramón un nombre sonoro, algo misterioso, ni largo ni corto. Y tomó el de Brandeso para que en el pazo languideciese Concha, para que por sus pasillos se viese con penumbra de candelabro al marqués de Bradomín llevando en brazos a su amada muerta, a su Concha blanda, derretida por el hastío y la pasión.

La sonata valleinclanesca tiene un aroma presalobre y la brisa de sus páginas es la brisa leve que mece las dornas arosanas y no el viento afilado que dobla en Arzúa los eucaliptos y tuerce hasta el Iso las «polas» de los árboles.

Invierno dorado

A ciertas horas hay en Arzúa un invierno dorado, un invierno de luz a fuego lento, una luz astral que tuesta deliciosamente él paisaje y la tez de los niños. Así fue hace unos días, cuando rematamos el viaje en el alto vértice arzuano, donde acaban los párrafos verdes de la tierra y empiezan los esmerilados renglones del cielo.

A las ocho de la tarde de un día de semana no hay discoteca abierta y se encuentra poca gente en los bares. Me dicen que es una población laboriosa, sin ocio posible, sin tiempo para el desperdicio al estilo compostelano. Apenas hay luces de neón, ni tráfico en las calles. Se percibe una sedante sensación de holgura, de espacios sobrantes, de lugar bastante para aparcar un tren cargado de gente soñolienta apenas iluminada por la potásica luz de los vagones.

En un bar hay dos muchachas con las piernas recogidas sobre un sofá. Miran al televisor, que está en un ángulo oscuro del café. Cerca de la puerta, en un recodo de la barra, nos miran dos clientes fijos, probablemente intrigados por nuestra presencia con papeles en las manos y la conversación muy alta, afinada en el tono excéntrico a que obliga la mundanidad en los pubs de Compostela.

No hay discoteca salvo que sea fin de semana. Quien tengan menos de veinte años difícilmente recordará que hubo cine en Arzúa. Prácticamente han muerto los repartos completos de las últimas películas proyectadas en el cinematógrafo local.

Pero sobreviven muchachas acaso dulces y taciturnas, heridas muchachas de lánguida mirada abrochada con ojos de lava azul, que, como la Mia Farrow de «La rosa púrpura de El Cairo», sueñan con que del autobús de «Freire» baje algún día un tipo alto y desenvuelto, un hombre maduro con pies grandes y manos calientes, uno de esos seres improbables que alimentan nuestros sueños hasta que la muerte nos escoge con sus pies blandos y sus manos heladas para escondernos donde ni los perros nos huelan.

Mi triste sueño favorito

Pero del autobús de «Freire» nunca baja nadie capital, nadie que cambie el orden de los ríos, el brillo del sol, el impepinable agotamiento de un día y otro día, un mes y otro mes, un año y otro año sin que ocurra nada que nos cambie el pulso, sólo con la genérica sensación de que la chica del sofá acabará cayendo en brazos de un perito agrónomo que la cautivará con una conversación sobre la repercusión del glaucoma en la productividad de las abejas.

He de confesar que muchas veces he huido de Compostela buscando las escasas arzúas del mundo y en no pocas ocasiones en mi frenesí fugitivo he ido a parar a los cafés de Arzúa. Es apasionante que todo el mundo se conozca, que tengas cerca el socorro del amigo, la cocina del vecino, el consuelo de la puerta de al lado, que todo el mundo se sepa de memoria la talla de camisa del convecino, sus nostalgias, su fe o sus incógnitas.

En un censo de 7.137 habitantes (datos del 86) nadie muere sin una mano de la que despedirse, sin un beso salado, sin que se le ponga un nudo en la garganta al humilde, anónimo, sobrio can sin pedigrí, sin sotueres, sin heráldica, tan distinto del perro educado, enciclopedista, presuntuoso y urbano perro de salón que da la impresión de estar siempre a punto de aparecer como suplente en alguna lista electoral.

Unos cuantos grados por debajo de la temperatura compostelana a la que a diario apuro mi desolación personal, he percibido en Arzúa la sensación de haber pasado unas horas sentado al borde de mi triste sueño favorito: morir donde sea posible que en mis funerales huela a un tiempo a incienso y a filloa.

As Festas do Carme de 1926

Da portada do número 13.560 do xornal “El Eco de Santiago, diario de la tarde”, publicado o 9 de xullo de 1926, tiramos este texto relativo as Festas do Carme polo que sabemos que, daquela, tíñamos en Arzúa un coro de música galega chamado “Airiños de Teiraboa”, tamén que houbo Somaténs (un corpo armado de protección civil do tempo da dictadura de Primo de Rivera)

Fiestas en Arzúa

Se propone esta villa dar gran esplendor a las anuales y tradicionales fiestas del Carmen.

Las amenizará la brillante banda militar del regimiento de Zaragoza, y honrará el pueblo con su presencia el Excmo. Sr. Arzobispo de Santiago, que bendecirá solemnemente la bandera de los Somatenes.

Durarán las fiestas los días 15, 16 y 17 del actual.


Con la banda de Zaragoza cooperará la popular de esta villa y el aplaudido coro de cantos regionalistas “Aires de Teiraboa”.

La plaza de Alfonso XII, lucirá una espléndida y artística iluminación eléctrica y habrá por las tardes conciertos musicales y paseos de moda.

La solemnísima procesión del día de la festividad será magnificiente y grandiosa.

A la misa de campaña y solemne bendición de la bandera de los Somatenes, el día 17, además del señor Arzobispo, están invitados y prometieron su asistencia, el capitán general de la región, los gobernadores civil y militar, comandante general de los Somatenes y además de todos los del partido concurrirán nutridas comisiones de mismo cuerpo de la región.

A la una y media se celebrará en el salón de sesiones de la Casa Consistorial e banquete con que el abanderado señor García Naveira obsequiará a las autoridades y comisiones invitadas.

A las cinco de la tarde, gran partido de fot-bal en que contenderán dos importantes teams.

A su terminación, paseo, bailes y cucañas en la plaza de Alfonso XII.

A las diez, verbena con iluminación eléctrica.

Agradecemos a Antón Fernández que atopase este artigo e a Xurxo Raposo que nolo fixera chegar para poder compartilo.

Motín contra o servizo militar

O día 11 de xuño de 1902 o xornal La Voz de Galicia deu conta dun motín que houbo en Arzúa con este texto:

CONTRA EL SERVICIO MILITAR
Un motín

Hace pocos días cuando se disponían en Arzúa a salir para Santiago los quintos que corresponden al cupo del actual reemplazo se promovió un pequeño motín formado en su mayoría por mujeres y algunos jovenes con objeto de impedir que los quintos salieran para incoporarse a filas.

Para disolver el grupo que formaban los alborotadores acudieron los dos guardias municipales que allí existen, pero no pudieron conseguir su objeto.

Amigos, parientes y deudos de los reclutas les rodeaban y abrazados á ellos, oponían tenaz resistencia á que aquellos les abandonasen.

Viéndose desobedecidos é insultados los municipales de Arzúa, corrieron al cuartel de la Guardia Civil para poner el suceso en conocimiento del jefe del puesto.

Este, con una pareja a sus órdenes, consiguió al poco rato hacer huir a los amotinados, los cuales abandonaron en la huída una palanca de hierro y un cuchillo que esgrimían respectivamente Manuel Sánchez y Bruno Otero González.

También fué desarmado José María Gerganes quien trató de oponerse por medios violentos a que los quintos saliesen del pueblo.

Estos al fin salieron para su destino quedando pacificado el alboroto.

Lea entre mozos da Mella e Sendelle

Sendelle a Mella

O 26 de xaneiro de 1912, o xornal coruñés La Voz de Galicia recollía unhos feitos que aconteceron en agosto de 1897 e que foron xulgados na Audiencia Provincial 15 anos despois. O texto da nova decía así:

EI ¡ARD’O EIXO!

Hay dos parroquias en Arzúa que se sienten, como todas las limítrofes, profundamente ofendidas de tener al lado la vecina.

Las dos á que nos referimos son Sendelle y San Pedro de Mella.

En los hechos que ayer se consideraron en la Audiencia, representaba á la segunda de dichas parroquias, Ramón Bravo Ramos y otros, quienes, en un día de Agosto de 1897, salieron al encuentro del Sendellés José Valiño, al que acompañaba Ricardo Taboada, y lanzando al aire el grito de guerra Ei. Morra Sendelle. Viva a Mella, causáronle unas mellas con sus mocas, al Valiño, que lo tuvieron en cura 20 días.

Calificaba el fiscal el delito de lesiones menos graves, estimando la agravante de abuso de superioridad, y señalando la pena de 4 meses y un día de arresto mayor, más 40 pesetas de indemnización al lesionado.

El Sr. Zurbano no halló pruebas suficientes y retiró la acusación, evitando que el Sr. Ponte Mazquez tuviese que informar por la defensa.

Un partido de fútbol Arzúa – Melide con duas crónicas

Con motivo das festas do Carme do ano 1925, na tarde do 16 de xullo enfrentaronse en Arzúa os equipos “Fortuna Arzuano” e o “Athletic Mellidense”. O curioso e que o xornal El Ideal Gallego publicou duas crónicas deste partido de fútbol: unha o día 21 e outra o día 23. Na primeira infórmase de que o resultado foi 1-2 e que o Fortuna xogaba co equipo resesrva. Na segunda (enviada desde Melide) dise que gañou o equipo de Melide 1-3 e que o equipo arzuán estaba reforzado con elementos de Santiago e Vigo.

Vexamos a primeira crónica:

EN ARZÚA

ARZÚA, 20

En la tarde del 16, contendieron el “Athletic Melidense” y el rerserva del “Fortuna Arzuano”, obteniendo la victoria el primero, por dos “oals” a uno.
La actuación del árbitro don Luís Fernández, fué muy imparcial.
Por el reserva del “Fortuna Arzuano”, se distinguieron Riobóo, Pardo, Lence, Quintela, el guardameta Varela, Portela y Paredes.

O mesmo xornal publicou estoutra nova o día 23 do mesmo mes:

DE MELLID

Con motivo de las fiestas que hubo en Arzúa, el día del Carmen, 16 de julio, se celebró en dicha villa un partido revancha entre los equipos “Fortuna Arzuano”, de Arzúa, reforzado con elementos de Santiago y Vigo, y el “Athletic Mellidense”, de Mellid, venciendo los “athléticos”, por tres goals a uno.

Arbitró don Luis Fernández Nóvoa, que estuvo imparcial.

Se distinguieron por el “Athletic” Taboada, Julio, Romero, Quintela y Quintero, que estuvo colosal, y por el “Fortuna”, Paredes, Varela, Portela, Rafael Pardo, Carmona del “Pirelli”, de Santiago, y Rioboo, del “Alfonsino.”, de la misma ciudad, que jugó horrores.

El campo del fortuna era pésimo.

O ciclista de Arzúa Maximiliano López “El Rayo”, campión de Córdoba (Arxentina)

Polo xornal La Voz de Galicia podemos saber que a principios do século XX houbo un arzuán ciclista de nome Maximiliano López e colaborador da publicación de Bos Aires “El ciclista”. Maximiliano foi campeón da provincia arxentina de Córdoba e tiña seguidores en Francia. Era coñecido polo pseudónimo de “El Rayo”.

O 23 de agosto de 1901 o periódico coruñés publicou:

Hemos saludado ayer en esta redacción a joven D. Maximiliano López, distinguido colaborador de El Ciclista de Buenos Aires, y celebrado amateur del ciclismo en la República Argentina.

El Sr. López, campeón de Córdoba, provincia de dicha República, viene con objeto de visitar a su familia que cerca de La Coruña reside, y piensa salir luego para Francia, en donde el sport velocipédico tiene todavía entusiastas prosélitos.

E o mesmo xornal, o 12 de marzo de 1902, case sete meses despois conta que volta para Arxentina, supoñemos que de regreso do seu viaxe a Francia:

Hoy embarcará en este puerto para la República Argentina el joven y laureado ciclista Maximiliano López, que usa en achaques de pedal el pseudónimo de El rayo.

Este simpático carrerista tuvo la amabilidad de visitarnos cuando hace unos cuantos meses vino desde Buenos Aires a Arzúa, su pueblo natal.

O cruceiro de Santa María nun artigo de La Voz de Galicia

Debuxo

O sábado 10 de xuño do ano 1989, na súa sección “Galicia”, baixo o epígrafe “Cruceiros”, publicouse un artigo e unha ilustración de José María Laredo Verdejo relativos ao cruceiro de Santa María. Este é o seu contido literal:

Numerosos cruceiros señalaban el Camino de Santiago guiando al peregrino en su andar y ayudándole, al menos espiritualmente, entre los peligros que en épocas pasadas suponía recorrer aquellas rutas; eran senderos y corredoiras intrasitables, muy diferentes de las carreteras actuales. Recordemos que hasta avanzado el siglo XVIII no se inicio la contrucción de la Nacional VI y hasta entonces era realmente una aventura llegar a Galicia, y aventura muy difícil, por cierto. Tanto la legendaria Cruz-Caroli, creada por Carlomagno, como la Cruz de Ferro en el Bierzo eran cruces de camino. El cruceiro que hoy presentamos puede ser uno de ellos.

En el centro de Arzúa, cruce de caminos y lugar de gran importancia histórica en el de Santiago, está indicada la dirección a Betanzos y La Coruña. A poca distancia y sobre esta carretera se encuentra la iglesia parroquial de Santa María, a la izquierda. Al otro lado, a la derecha y en una explanada de vias de arreglo y ajardinado, vemos un cruceiro llamativo y bien situado pero.. que únicamente conserva del original la cruz y su capitel.

Encomiable es la labor de creación de su alta plataforma de cuatro pisos y pedestal, todo de buen granito blanco, de su columna bien trabajada, aunque resulte corta de altura, y la amplitud del terreno que a lucirlo se destinó, pero es triste pensar que en lo desaparecido, en su base y fuste antiguos. Decir que lo nuevo le sienta a su cruz como un par de pistolas a un fraile no sería exagerado, aunque también es cierto que más vale algo que nada.

La cruz y el capitel, de piedra oscurecida por los siglos, son clásicos y bellos, muy tradicionales. Su decoración y formas denotan gran antigüedad y la obra en sí tiene la importancia de ser uno de los escasos cruceiros que aún duran en este ayuntamiento coruñés. Sólo recordamos el cercano de Rendal, ya comentado desde esta columnas.

Un intento de violación queda impune

O xornal “El Eco de Galicia: Diario católico e independiente”, na sección “En la Audiencia” do seu número 2331, baixo o título “Ven, y ven, y ven” publicou a nova dunha tentativa de violación (que quedou impune) dun xeito moi peculiar e algo frívolo dado a gravidade do feito:

Al vecino de Arzúa, Manuel Rodríguez López, antojósele un día que vino á la Coruña a evacuar ciertos asuntos de familia, ir á escuchar una de esas cupletistas de varietés, la cual entonó repetidas veces la manoseada canción del ven y ven.

A Arzúa se volvió nuestro hombre al día siguiente, caballero en una briosa cabalgadura del país y durante todo el trayecto que media desde esta capital al curruncho arzuano, de donde era, y creemos que todavia es vecino, no cesó de ir tarareando el ven y ven.

Ya en su lar, y pasados que fueron unos días, topóse el 25 de junio último, en una heredad, á la joven María Juana Freire, con la cual comenzó a bromearse dirigiéndola chicoleos y cantándola la susodicha canción.

La rapaza, sugestionada por el tono voluptuoso que Manuel Rodríguez imprimía al ven y ven, fuése dejado llevar seducida, hacia un apartado lugar, donde aquél quiso con ella cometer un crimen.

La chica tuvo fuerzas suficientes para defenderse del sátiro, á la par que comenzó a dar voces su demanda de auxilio, que in continenti le fué prestado por unos campesinos que trabajaban en una huerta próxima.

Por el delito de violación frustrada pedía el fiscal para Manuel Rodríguez en sus conclusiones provisionales, dos años, cuatro meses y un día de prisión, acusación que ayer elevó a definitiva en el acto de juicio oral el abogado fiscal Sr. López Otero.

Defendió al procesado el letrado Sr. Juega.

El tribunal del Jurado, ante el cual se celebró la vista del juicio, declaró inculpable al procesado y en su consecuencia la Sala dictó sentencia absolutoria según procedía, en consonancia con el veredicto de los jueces populares arzuanos.

Un pasante

A pillería de Arzúa ataca ao coche-correo

O xornal “O telegrama, diario de la tarde, imparcial de noticias” reproduxo na súa “Sección de Galicia” o 3 de marzo de 1884 unha nova publicada por outro xornal “El libredón”. O texto copiado literalmente di:

Leemos en “El libredon” del viernes:

“Días pasados ocurrió en la villa de Arzúa un hecho que cede en desprestigio de la cultura de sus habitantes y que la autoridades, si fueran un poco más activas y celosas, debieran haber evitado.

Al pasar el coche-correo que viene con dirección á Santiago por las calles de aquel pueblo fué detenido por una turba de vagabundos y desharrapados mocetones que la tomaron con el mayoral á quien insultaron de la manera más brutal y salvaje.

Los viajeros en vano trataban de calmar a los contendientes y el escándalo, por el contrario, iba cada vez más en aumento.

Las autoridades encargadas del buen orden y régimen de la población no dieron ni un solo paso para remediar este tumulto, ni tampoco castigaron como se merecía a los culpables, lo cual llenó de admiración y asombro a los viajeros que venían en el coche, que de seguro no habían de formar mal concepto de la gente de Arzúa, a quien supondrían más bien un pueblo del África que de Europa”

Vías de comunicación no partido xudicial de Arzúa en 1931

O domingo nove de novembro de 1931, na páxina 6 do xornal La Voz de Galicia, publicouse, dentro da serie “Jurisdicciones de Galicia”, a entrega IV das referidas ao partido xudicial de Arzúa. Leva por título “Vías de comunicación”, e ao igual que todas as outras, ven firmada por Heliodoro Gallego Armesto.

No son, ciertamente, los habitantes del partido judicial de Arzúa, los que más derecho tienen a quejarse por falta de vías de comunicación.


Por su parte N. cruza el ferrocarril de Palencia a La Coruña, que poco después de entrar en él, salva el puente de Samel sobre el Mandeo, en medio de un pobre y áspero paisaje, determinado por una amplia meseta, pletórica de terrenos incultos o dejados a monte, encontrando a continuación tierras sembradas al aproximarse a la estación de Teijeiro, lugar de poca importancia y escaso vecindario, asentado a 487 metros sobre el nivel del mar, y en el cual se alza la Casa Consistorial del municipio de Curtis. A 12 kilómetros de este lugar, por carretera, están las ruinas del Monasterio de Sobrado de los Monjes, que ofrecen a la contemplación del turista, con sus riquezas arquitectónicas, las huellas de su pasado esplendoroso.


Al salir de Teijeiro cruza la vía el río Carregal, y continúa por una penillanura grisácea enverdecida por los tojos, que en primavera y otoño florecen de vivo amarillo; asciende una fuerte pendiente con grandes trincheras y una vez alcanzado el punto más alto 553 metros) salva los pasos de La Illana mediante grandes desmontes y terraplenes, y sin que nada recree el espíritu por falta de arbolado y regular vegetación, pasa bajo un puente, cruza una gran trinchera y sigue descendiendo por las asperezas y revueltas de la serrana estribación de los Montes de la Tieira para detenerse en la estación de Curtis, asentada en el lugar de Osbodeos.


Al pie de la estación, siguiendo la linea de la carretera, se ha creado un nuevo barrio, pero el pueblo de Curtis queda muy lejano, por la izquierda sobre un altozano que baña el río Cabalar. Desde estación hay servicio regular de automóviles a Santiago, Arzúa y Mellid.


Volviendo desde aquí la vía al S. cruza una gran trinchera en curva, pasa bajo la carretera de Betanzos y a través de un tunel abandona la comarca arzuana para seguir descendiendo a La Coruña.


De la red de carreteras que cruzan el partido judicial de Arzúa son las más importantes la de Santiago a Lugo, la de Golada a Betanzos y la de Arzúa a Teijeiro.


La primera, después de dejar en la Labacolla la directa a la estación de Curtis, penetra en tierras de Arzúa a través de bellos panoramas, donde la vista se recrea a cada paso con la contemplación de seculares bosques de robles y castaños, y ondulándose con ligera tendencia a ascender pasa por Amenal, pequeña aldea con 14 casas perteneciente a la parroquia de San Miguel de Ferreira (¿Pereira?).


Salva después varios riachuelos de límpidas aguas y mansa corriente, cuyas orillas aparecen festoneadas por graciosos “ameneiros” y frondosos fresnos y tras algunas bruscar curvas llega a Arca, cuyo núcleo principal queda a la derecha, pero cuyas construcciones modernas forman en la carretera un nuevo barrio, en donde se concentra el tráfico.


Pasa luego la carretera sucesivamente por los diminutos lugares de San Antón, Burgo, Dos Casas y Santa Irene, y un kilómetro después deja por la derecha otra carretera a Lalín (43 kilómetros). Asciende luego, pasando por Cerceda, salva el arroyo Ferreirós, deja la aldea del mismo nombre a la izquierda, cruza el lugar de Calle y llega a Burres, parroquia con 167 vecinos distribuídos en 18 caseríos. En este lugar parte a la derecha otra carretera a Puente Ulla (32 kilómetros).


Deja después a la izquierda la aldea de Cruz, salva varios arroyos y llega a Arzúa, villa con 751 habitantes y 103 viviendas, situadas en una altura de suaves pendientes, y la cual, vista desde lejos, parece una de las fortalezas de nuestra vieja historia. su altura sobre el nivel del mar es de 400 metros y su estación ferroviaria más próxima Curtis, a 27 kilómetros. Además de la que venimos describiendo, parten de ella otras carreteras a Teijeiro y a Puente de San Justo.


Tiene buenas casas para consistorio y escuelas; su pequeña iglesia parroquial guarda una bella imagen de San Francisco y presenta al exterior un relieve en piedra del sepulcro del Apóstol Santiago. A pesar del progreso iniciado en ella de unos años acá, aún le falta mucho para estar a la altura que merece.


Su calle principal es la del Carmen. Tiene un buen capo de feria. Del convento de Agustinos que en ella existió en remotos tiempos, queda solamente el recuerdo, denominándose “el convento” el sitio en que aquel se alzaba.


Pasado Arzúa la carretera se muestra ondulada a través de bellos paisajes; salva el río Isoó por el puente de Ribadiso, inmediato a otro del antiguo camino de Santiago y próximo al lugar que le da nombre, asiento en lejanos tiempos de un Hospital de peregrinos: atraviesa sucesivamente las parroquias de Castañeda y Figueroa, y 17 kilómetros después de Arzúa llega al cruce con la carretera de La Golada a Betanzos, donde en la última década se construyó un barrio moderno, perteneciente a la villa de Mellid, cuyo núcleo antiguo asienta a la izquierda en una penillanura a 463 metros sobre el nivel del mar, con varias calles y una bonita plaza, destacando entre sus edificios la casa palacio del Marqués de Corbera, la iglesia parroquial y el convento de Santi Spiritus, con su iglesia abierta al culto y en su torre el reloj de la villa. Hay además dos ermitas.


Casi unido al pueblo está el montículo llamado “El Castro” coronado por una pequeña capilla. Debe su nombre al hecho de haber estado emplazada en él la fortaleza de Mellid, combatida en muchas ocasiones, derruida en la guerra hermandina y cuya piedra aprovechó luego Sancho de Ulloa para construir el convento.


Después de Mellid desciende la carretera para salvar el río Furelos en la aldea del mismo nombre, y desde él vuelve a ascender con muy amplias y dilatadas curvas, en un bonito paisaje, pasando por Libureiro, y en el punto más alto de la cuesta casi en el extremo S. de los Montes de Carrión, abandona las tierras de Arzúa, para seguir a través de la provincia de Lugo.


Heliodoro Gallego Armesto