“Todos á xunta, como a música de Arzúa” e outros ditos

No capítulo 191 do programa da TVG Ben Falado, logo de ocuparse da orixe do topónimo “Arzúa”, Xesús Ferro Ruibal fala, dende a praza da Quintana de Compostela, durante unhos 50 segundos dos ditos de Arzúa. Aquí queda o vídeo e a súa transcripción.

Se lles digo a miña verdade, cando me puxen a mirar os ditos de Arzúa sorprendeume en cantos sitios de Galicia xente de Arzúa e sinónimo de xente informal, xente de pouco fiar. E sorprendeume por que cando eu era pequeno, aquí en Santiago, Arzúa era o prototipo da boa harmonía: diciamos “todos á xunta como a música de Arzúa”.

Arzúa é importante, por que vostedes saben que Xan de Arzúa é personaxe principal da procesión do Corpus de Allariz e cando se estaba construíndo esta catedral cada peregrino traía cadansúa pedra para axudar á construción e hai unha cantiga de Arzúa que di “se a pedra é de Triacastela mira de hasta Arzúa poder con ela de alí a Santiago levarana nun carro para calear o templo de Santiago”. Abur.

Xan de Arzúa e a festa do Corpus de Allariz nunha revista do século XIX

Reproducimos un texto escrito por Antonio Gaite Nuñez e publicado na revista literaria “El Heraldo Gallego” o 5 de xuño de 1880 e que se refire a un honrado e rico veciño de Allariz chamado Xan de Arzúa.

La diversión, aisladamente considerada, no puede calificarse de ingeniosa , ni mucho menos se presta á una zumbona crítica y no merecerla en verdad, ni que por ella dejasen, aunque por pocos minutos, sus santas ocupaciones aquellas vírgenes, ni que el Ayuntamiento de la villa la conservase cuidadosa y consecuentemente, sino hubiese algo en su origen que respetarse debe, y ese algo, no es otra cosa, que la humorística voluntad de un honrado y rico vecino de Allariz llamado Juan de la Arzua. No pudimos averiguar en que época vivió, ni otra cosa de su vida, que la pasó siempre alegre y divertida, que la pasó siempre alegre y divertida; y que acostumbrado á que su nombre sonase continuamente entre risas y algazara y fuese sinónimo de contento y diversión, quiso que aun despues de su fallecimiento alcanzase igual suerte. Y lo consiguió dejando parte de sus rentas y bienes al pueblo, que fuera teatro de sus alegrias, con la condición de que todos los años el día de Corpus lo sacasen á pasear en efigie, del modo y forma ridícula que desde entonces viene haciéndose con gran contentamiento del pueblo sencillo, que no escasea sus risas para celebrar las contorsiones que, á impulsos del desigual movimiento del buey va haciendo Xan da Arzua, ni tampoco la fuerza de sus pulmones para vitorearlo con loco frenesí, llenando de este modo el fin que se propuso el verdadero personaje, á quien si saberlo, aclaman.

Por supuesto que dejó señalada la carrera que habia de llevar, el punto de donde habia de partir y no olvidó ningún incidente, por pequeño que fuese, encargando del cumplimiento exacto de su festiva voluntad á la misma justicia del pueblo á quien donaba. Es de advertir que, como su riqueza era mucha, y como en su corazon, aunque dispuesto siempre á la alegria, se anidaba igualmente a la virtud, pues nunca fué incompatible la una con la otra, al propio tiempo que legaba parte de sus bienes al original objeto mencionado, destinaba los demás á fundaciones piadosas muy importantes, que instituyó en la iglesia de San Pedro y otras, á las cuales quizá no sea estraña la condicion expresa del paso por delante del convento y la salida de la Comunidad al mirador.

Hoy se calificaria en el festivo y original carácter de héroe de esta fiesta de una pueril vanidad, hija del deseo de alcanzar popular aplauso, ó cuando no, de una de cuantas excentricidades como la que frecuentemente se disculpan, en los que viven bajo las impresiones del nebuloso cielo de la antigua Albion. ¿Influiria algo de lo uno ó de lo otro en la voluntad de Juan de la Arzúa? ¿Obedeceria sino á la sencillez de costumbres de su época, o al gusto que entonces dominase de las diversiones populares? Nada sabemos, porque nada mas que lo expuesto hemos podido averiguar, y sin mas datos, especialmente el de la época en que esto ocurrió, no es prudente averiguar críticos.

De índole distinta es el origen que reconocen esos hombres semi-haraposos, semi-enmascarados, que, á manera de batidores, rompen la marcha de la procesión del Corpus llevando á costillas unos grandes sacos llenos de hormigas, las que van repartiendo a puñados, con verdadera fruición, entre los grupos de papanatas ó e alegres aldeanas que ocupan la carrera distraidos, mas de lo permitido, ante la grandeza del acto religioso que desde sus pueblos vinieron engalanados á presenciar. Es de suponer que en la distribucion de aquella terrible lluvia de insectos no siempre la justicia es igual, ni la intención santa y las mas de lsa veces el resultado es contrario al objeto propuesto, que al fin son hombres los que reparten las hormigas, y hombres y mujeres los que las reciben. De cualquier modo, es un recuerdo que se conserva de la fé religiosa de nuestros abuelos, con la cual supieron triunfar siempre de los enemigos de ella y salvar su indepedencia y nacionalidad.

Ya hemos dicho que hasta el siglo XVI subsistieron los hebreos en Allariz, y como la institución de la procesión del Corpus, debida a la piedad del Papa Juan XXII data de principios del siglo XIV (1316), es claro que durante mucho tiempo se ha celebrado allí dicha festividad á vista y á despecho de los desgraciados descendientes del pueblo deicida, quines, segun relata la relación, un año abandonaron en tal di aun barrio que habitaban, para burlarse con pantomimas, ahullidos y otros escesos de aquella ceremonia religiosa y de la devocion de los católicos habitants de la villa, lso cuales por justo respeto á la Sacrosanta Hostia que iban acompañándo dejaron de castingar en el acto tamaños ultrajes. Pero luego acordaron un medio pacífico de evitarlos en lo sucesivo, como lo consiguieron desde el año siguiente en que acometieron duramente con hormigas á los que se preparaban á repetir las ofensas, haciéndolos huir para siempre, espantados de tan picante plaga. Desde entonces quedó la costumbre la repetición de esta hábitl defensa, por mas que la expulsión de los judios llevada á cabo hace más de dos siglos, la hiciese desde entonces inncesesaria.

O que dí a Gran Enciclopedia Galega do Concello de Arzúa

O tomo dous da Gran Enciclopedia Galega, editada por Silverio Cañada no ano 1974 e con ISBN 84-7286-037-x contén nas páxinas 237 e 238, baixo a voz “Arzúa” un artigo de Antonio Taboada Roca adicado ao Concello de Arzúa e que hoxe reproducimos. Incluímos ademáis unha fotografía da época da praza da vila que ilustra o artigo.

ARZÚA. Municipio de la provincia de La Coruña y diócesis de Santiago. Limita al N. con los municipios de Boimorto y Frades, al S. con el río Ulla, que los separa de la provincia de Pontevedra, al E. con el Ulla y los municipios de Melide y Santiso, y al O. con los Touro y O Pino. Tiene una extensión de 154,6 km.² y una población de 9.064 habitantes, agrupados en las parroquias de Santa María de Arzúa, Santiago de Arzúa, Boente, Brandeso, Branzá, Burres, Calvos de Sobrecamiño, Campo, Castañeda, Dodro, Dombodán, Figueiroa, Lema, Maroxo, A Mella, Oís, Pantiñobre, Rendal, Tronceda, Viladavil, Vilantime y Viñós. El terreno es accidentado y de naturaleza arcillosa, con elevaciones que no sobrepasan los 500 m., siendo las principales el monte Viso, Martelo, Maroxo, Castro-Cornedo, Cornado. El Iso, que nace en las faldas occidentales del Bocelo y riega el valle de Arzúa, el Ulla, Carracedo, Mera y Tambre son los ríos principales. El clima es atlántico y los vientos más frecuentes son los del N. y los del S., estos últimos portadores de lluvias, abundantes de enero a abril. Las temperaturas se mantienen dentro d euna amplitud media relativamente moderada. La principal vía de comunicación es la carretera Santiago-Lugo y la de Arzúa a Lalín, además de varias carreteras locales. La estación de ferrocarril más próxima es la de Curtis, a 24 km.
La economía se basa en la agricultura y en la ganadería. Las tierras cultivadas están muy repartidas y producen principalmente maíz, patatas, frutales, hortalizas, forrajes, trigo y centeno. cuenta con buenas praderías, muchas de ellas con regadío y de notable rendimiento. El ganado vacuno, de cerda y lanar, además de las explotaciones avícolas, constituyen la principal fuente de riqueza. La explotación forestal desempeña también un papel importante, sobre todo el pino, eucalipto, castaño, roble, abedul y fresno, que abundan en las tierras no cultivadas de propiedad privada, con la particularidad de que, además, estas tierras producen pastos permanentes, excepto en los pinares. La fauna es la característica de estas zonas y climas: lobos, zorros, jabalies, liebres, conejos, perdices, etc. La industria tiene poca importancia, sin embargo hay que señalar la existencia de dos pequeñas fábricas de tapizados, varios aserraderos y unos veinte talleres de carpintería mecánica. La actividad comercial del municipio se centra en las dos ferias mensuales que se celebran en Arzúa los días 8 y 22 de cada mes y son unas de las más importantes de Galicia por la gran afluencia de ganado y de productos agrícolas. Algunos autores -dice A. Taboada Roca- creen que la Araduca citada por Tolomeo en su Geografía Universal es la actual villa de Arzúa, que en la Edad Media se reducía a unas cuantas casa a orillas del Camino de Santiago y próximas a su iglesia parroquial. su antigua jurisdicción comprendía diez feligresías, cuyo señorío ejercían los arzobispos de Compostela, los cuales le concedieron los siguientes fueros:
“Esto he o que o Arcebispo ha na vila d’Arçua: O temporal e o espiritual. E o Concello deulle dar dous cobres e facer a o Arcebispo ou seu Vicario dos dous cobre dúas xusticias e deue fazer o xuez e o notario na dita vila. Item cando o Arcebispo veña de Castela ou de roma ou d’en cas do Rey, hanlle de dar os moradores da dita vila un odre de viño e sesenta panes de senllos diñeiros. Item a medad dos portajes e a medad das voces e dos amezios e a outra amedade he do Concello. Item o padrón da iglesia de Santiago d’Arçua.” Labrada, en la descripción económica de Galicia (1804), dice que la jurisdicción de Arzúa tenía en esa fecha 612 vecinos y que sólo había una fábrica de tejas en Sendelle. En Arzúa -sigue diciendo- se celebra feria el día 8 de cada mes y concurre a ella mucho ganado vacuno, caballar, lechones, gallinas, huevos, trigo y centeno. Episodios notables de las luchas civiles que tuvieron por marco esta zona fueron, según Taboada Roca, el sermón pronunciado en Arzúa por Santiago Pastoriza, el 30 de mayo de 1831, con motivo de la bendición de la bandera de los voluntarios realistas, en el que relató los actos de heroísmo de sus paisanos. En un choque de aquéllos com los constitucionales, éstos derribaron la torre antigua de la iglesia parroquial. Tres años después, la villa y comarca de Arzúa fueron testigos de las luchas carlistas y liberales.
Prueba evidente de la importancia histórica de este municipio, atravesado por el camino de Santiago, es la abundancia de casas señoriales esparcias por todo el término. Si bien unas han desaparecido y otras están en ruínas, aún son varias las que se mantienen en pie. Así, por ejemplo, la de Brandeso, de los Montero Figueroa, de la misma familia de la que provienen Rosalía Castro y Emilia Pardo Bazán; la de Orxal, la de Vilantime, la de Bascuas, la de Barrio y la de Sedor, de los Pita da Veiga, descendientes del soldado gallego que hizo prisionero a Francisco I, rey de Francia en la batalla de Pavía. Los principales monumentos son la capilla de la Madalena, antigua hospedería de peregrinos, y la torre de la iglesia parroquial, que data de 1829. Los edificios del ayuntamiento, del juzgado y de la carcel fueron construídos el siglo pasado, gracias a la iniciativa de Barreiro, diputado en Cortes por este distrito.
Todavía se conserva la creencia popular del poder curativo -sólo para el dolor de muelas- de las campanas de Rendal. Los que sufrían este mal tocaban, para curarlo, las campanas cogiendo la cadena del badajo con la boca el Sábado de Gloria. Muy popular es también el dicho, onomatopéyico en parte, atribuído a estas campanas.
As campanas de Rendal
din: quen ten val.

Entre los numerosos hijos ilustres de este municipio es necesario mencionar a Pita da Veiga, Basilio Carril, Xan de Arzúa, los hermanos Souto Vila, Xesús Bendaña, etc.