Vías de comunicación no partido xudicial de Arzúa en 1931

O domingo nove de novembro de 1931, na páxina 6 do xornal La Voz de Galicia, publicouse, dentro da serie “Jurisdicciones de Galicia”, a entrega IV das referidas ao partido xudicial de Arzúa. Leva por título “Vías de comunicación”, e ao igual que todas as outras, ven firmada por Heliodoro Gallego Armesto.

No son, ciertamente, los habitantes del partido judicial de Arzúa, los que más derecho tienen a quejarse por falta de vías de comunicación.


Por su parte N. cruza el ferrocarril de Palencia a La Coruña, que poco después de entrar en él, salva el puente de Samel sobre el Mandeo, en medio de un pobre y áspero paisaje, determinado por una amplia meseta, pletórica de terrenos incultos o dejados a monte, encontrando a continuación tierras sembradas al aproximarse a la estación de Teijeiro, lugar de poca importancia y escaso vecindario, asentado a 487 metros sobre el nivel del mar, y en el cual se alza la Casa Consistorial del municipio de Curtis. A 12 kilómetros de este lugar, por carretera, están las ruinas del Monasterio de Sobrado de los Monjes, que ofrecen a la contemplación del turista, con sus riquezas arquitectónicas, las huellas de su pasado esplendoroso.


Al salir de Teijeiro cruza la vía el río Carregal, y continúa por una penillanura grisácea enverdecida por los tojos, que en primavera y otoño florecen de vivo amarillo; asciende una fuerte pendiente con grandes trincheras y una vez alcanzado el punto más alto 553 metros) salva los pasos de La Illana mediante grandes desmontes y terraplenes, y sin que nada recree el espíritu por falta de arbolado y regular vegetación, pasa bajo un puente, cruza una gran trinchera y sigue descendiendo por las asperezas y revueltas de la serrana estribación de los Montes de la Tieira para detenerse en la estación de Curtis, asentada en el lugar de Osbodeos.


Al pie de la estación, siguiendo la linea de la carretera, se ha creado un nuevo barrio, pero el pueblo de Curtis queda muy lejano, por la izquierda sobre un altozano que baña el río Cabalar. Desde estación hay servicio regular de automóviles a Santiago, Arzúa y Mellid.


Volviendo desde aquí la vía al S. cruza una gran trinchera en curva, pasa bajo la carretera de Betanzos y a través de un tunel abandona la comarca arzuana para seguir descendiendo a La Coruña.


De la red de carreteras que cruzan el partido judicial de Arzúa son las más importantes la de Santiago a Lugo, la de Golada a Betanzos y la de Arzúa a Teijeiro.


La primera, después de dejar en la Labacolla la directa a la estación de Curtis, penetra en tierras de Arzúa a través de bellos panoramas, donde la vista se recrea a cada paso con la contemplación de seculares bosques de robles y castaños, y ondulándose con ligera tendencia a ascender pasa por Amenal, pequeña aldea con 14 casas perteneciente a la parroquia de San Miguel de Ferreira (¿Pereira?).


Salva después varios riachuelos de límpidas aguas y mansa corriente, cuyas orillas aparecen festoneadas por graciosos “ameneiros” y frondosos fresnos y tras algunas bruscar curvas llega a Arca, cuyo núcleo principal queda a la derecha, pero cuyas construcciones modernas forman en la carretera un nuevo barrio, en donde se concentra el tráfico.


Pasa luego la carretera sucesivamente por los diminutos lugares de San Antón, Burgo, Dos Casas y Santa Irene, y un kilómetro después deja por la derecha otra carretera a Lalín (43 kilómetros). Asciende luego, pasando por Cerceda, salva el arroyo Ferreirós, deja la aldea del mismo nombre a la izquierda, cruza el lugar de Calle y llega a Burres, parroquia con 167 vecinos distribuídos en 18 caseríos. En este lugar parte a la derecha otra carretera a Puente Ulla (32 kilómetros).


Deja después a la izquierda la aldea de Cruz, salva varios arroyos y llega a Arzúa, villa con 751 habitantes y 103 viviendas, situadas en una altura de suaves pendientes, y la cual, vista desde lejos, parece una de las fortalezas de nuestra vieja historia. su altura sobre el nivel del mar es de 400 metros y su estación ferroviaria más próxima Curtis, a 27 kilómetros. Además de la que venimos describiendo, parten de ella otras carreteras a Teijeiro y a Puente de San Justo.


Tiene buenas casas para consistorio y escuelas; su pequeña iglesia parroquial guarda una bella imagen de San Francisco y presenta al exterior un relieve en piedra del sepulcro del Apóstol Santiago. A pesar del progreso iniciado en ella de unos años acá, aún le falta mucho para estar a la altura que merece.


Su calle principal es la del Carmen. Tiene un buen capo de feria. Del convento de Agustinos que en ella existió en remotos tiempos, queda solamente el recuerdo, denominándose “el convento” el sitio en que aquel se alzaba.


Pasado Arzúa la carretera se muestra ondulada a través de bellos paisajes; salva el río Isoó por el puente de Ribadiso, inmediato a otro del antiguo camino de Santiago y próximo al lugar que le da nombre, asiento en lejanos tiempos de un Hospital de peregrinos: atraviesa sucesivamente las parroquias de Castañeda y Figueroa, y 17 kilómetros después de Arzúa llega al cruce con la carretera de La Golada a Betanzos, donde en la última década se construyó un barrio moderno, perteneciente a la villa de Mellid, cuyo núcleo antiguo asienta a la izquierda en una penillanura a 463 metros sobre el nivel del mar, con varias calles y una bonita plaza, destacando entre sus edificios la casa palacio del Marqués de Corbera, la iglesia parroquial y el convento de Santi Spiritus, con su iglesia abierta al culto y en su torre el reloj de la villa. Hay además dos ermitas.


Casi unido al pueblo está el montículo llamado “El Castro” coronado por una pequeña capilla. Debe su nombre al hecho de haber estado emplazada en él la fortaleza de Mellid, combatida en muchas ocasiones, derruida en la guerra hermandina y cuya piedra aprovechó luego Sancho de Ulloa para construir el convento.


Después de Mellid desciende la carretera para salvar el río Furelos en la aldea del mismo nombre, y desde él vuelve a ascender con muy amplias y dilatadas curvas, en un bonito paisaje, pasando por Libureiro, y en el punto más alto de la cuesta casi en el extremo S. de los Montes de Carrión, abandona las tierras de Arzúa, para seguir a través de la provincia de Lugo.


Heliodoro Gallego Armesto

Os ríos do partido xudicial de Arzúa

O 31 de outubro de 1931, nunha serie do xornal “La Voz de Galicia” titulada “Jurisdicciones de Galicia” Heliodoro Gallego Armesto escribeu un artigo titulado “Jurisdicciones de Galicia. Arzúa. II. Ríos”, continuación de “Aspectos Generales” e que no mesmo xornal en días posteriores o mesmo autor completou con “Notas historicas”, “Vías de comunicación”, “Carreteras” e “Literatura popular”. O artigo, que está na páxina 8 do xornal dí:

El principal de todos los ríos que riegan el partido judicial de Arzúa es el Ulla que, como ya dijimos, sin internarse en aquella comarca, forma su límite Sur. Procedente del anfiteatro montañoso de la Ulloa (Lugo), donde tiene su origen, desciende de levante a poniente, formando valles cuyos paisajes son celebrados justamente como de los más sugestivos de Galicia.

Toca este río las tierras de Arzúa en el punto de su confluencia con el Tambre, pasando después sucesivamente bajo los puentes Ramil y Basadre; recoge luego las aguas que le aportan el Seco y el Furelos, y doblando al Sur encuentra los puentes Arcediago y Mouranos, para volver de nuevo al N. recogiendo el Besoña y por la margen de Pontevedra el Arnego. Un poco más adelante afluye a él el Iscó, encuentra luego el puente San Justo, describe a continuación una amplia curva al S., para volver seguidamente al O., apórtanle sus aguas el Merés y el Laña; en otra violenta curva al S. para volver al N. pasa bajo el puente Basebe y, ya otra vez dirección al O., vajo el de Benisquide, y poco después abandona las tierras de Arzúa para seguir a Puente Cesures, y desde aqui se hace navegable hasta la Ría de Arosa, donde se pierde en el mar.

Sigue en importancia al Ulla el Tambre, (el fluvius de los romanos) que tiene sus fuentes en la alta meseta de Las Pías y en las vertientes septentrionales de las bravas cumbres del Monte de Bocelo, desde las que corriendo en dirección O. recoge las aguas que desborda la laguna de Sobrado de los Monjes; pasa después bajo los puentes de Vilariño, San Pedro, Présaras y Castro, para inclinarse seguidamente al SO. formando la linea divisoria entre las tierras de Arzúa y Órdenes, pasando en este trayecto bajo los puentes de Boado, Carreira, Carneiro y Canizas, y abandonando las tierras que intentamos describir, sigue hasta la Ría de Noya, donde, después de un recorrido de 111 kilómetros, rinde sus aguas al mar, que lo recibe ofrendandole cual triunfal arco de entrada el magnifico e histórico puente de Don Alonso.

Muy cerca de las fuentes del Tambre, en las vertientes septentrionales de la meseta de las Pías, tiene su origen el río Mandeo, que al pasar por el pequeño lugar que le da nombre, toma decididamente la dirección N. a través de tierras frías y despobladas y ya fuera del partido de Arzúa, se inclina al O. para terminar a los 53 kilómetros de su nacimiento en la Ría de Betanzos.

De menos importancia que los anteriores y con todo su curso comprendido dentro del partido judicial de Arzúa, citáremos solamente: entre los afluentes del Tambre, el Cabalar y el Mera y de los que dan sus aguas al Ulla, el Seco, el Furelos, El Isoó y el Lañas.

El río Cabalar baja de la Illana, por Fisteus, recoge su afluente el de La Lage, procedente de Curtis, corriendo ambos de N. a S. el Mera procede de las vertientes del alto de la Mota de San Bartolomé, marcha de E. a O., y después de recoger las aguas de sus afluentes el Calvos y el Cines, pasa bajo los puentes de Punin el viejo y el de la carretera (inmediatos uno a otro), en un lugar de la parroquia de Gonzar, asiento de una antigua mansión romana, como lo demuestran los vestigios en él encontrados y entre los que figura un “modio” usado por los súbditos de Roma para medir áridos.

El Furelos nace en las faldas de los montes de Bocelo y Corno do Boy, y seguidamente, mientras baña varias parroquias, determina el valle de Paradela de mimosos y arbolados parajes y prolongado de N. a SO. en la misma dirección del río; sigue después al E. de la villa de Mellid, a través del abierto y áspero paisaje de la gándara de su nombre donde cruza el puente romano de Furelos y mas abajo el de Dis.

Sirve seguidamente su curso un corto y accidentado recorrido de linea divisoria entre los municipios de Mellid y Santiso, y en el punto llamado Rechinol pasa entre grandes alturas dominadas por enormes masas de rocas calizas, por entre las cuales, al abrirse paso las aguas, forman numerosas y pequeñas cascadas.

El más alto de estos macizos, el de la izquierda, visto desde abajo parece una singular y vetusta fortaleza arruinada. Desde tiempo inmemorial conocen sus dos rocas principales con el apelativo de “Chimenea dos Mouros” y “Os Castelos”, los habitantes del pais. La primera aparece horadada en toda su altura a guisa de chimenea, y como tal la utilizan para hacer fuego y calentar sus ateridos miembros en los crudos días del invierno los pastores, únicos habitantes de tan agrestes lugares. La otra roca se eleva verticalmente desde la orilla del río hasta la cima de la montaña, aislada por el frente y ambos lados de su parte superior.

La industria utilizó este sitio para convertir la industria hidráulica del río en eléctrica emplazando en él una presa, y al desescombrar entre los peñascos para hecharlos a rodar hasta el río, fueron descubiertos en planos de diferente altura, restos de casas; muros de tosca pizarra simplemente superpuesta sin mezcla de barro ni de cemento que los uniera. De maderas solamente apareció un trozo de viga carbonizada, lo que induce a creer que fue el fuego la causa destructora de tan remotas habitaciones; tampoco apareció del ajuar que guardaban más que restos de cerámica primitiva y un trozo de un collar de esteatita, reducido a tres cuentas y un medallón simulando toscamente un rostro humano.

Todos estos restos, con las rocas que los sostenían, descendieron al fondo del río unos, y a formar parte de la presa, otros.

Pasado este punto las aguas del rio Furelos recobran la plácida tranquilidad con que deslizaban su curso, y después de pasar bajo el puente de Chorén, van a confundirse con las del Ulla.

El rio Isoó, cuyas fuentes, inmediatas a las del Tambre, se encuentran en el de tantas veces citado monte de Bocelo, marcha sombreado por espesos bosques en dirección SO., recogiendo durante su corto, pero accidentado curso, varias arroyadas en los términos de Rodieiro y Corneda: pasa sucesivamente bajo los puentes de Ribadiso y Las Tablas, captando entre ambos al Regada, y más abajo, en Fuente Santa, las del Carracedo y el Vilar, que bajan de las altas tierras de Pantiñobre, Burres y Arzúa, y bordeando por último las faldas de Monte furado, se pierde en el Ulla.

De escasa importancia geográfica, la tiene grande para la historia de Galicia. Destinado siempre a delimitar jurisdicciones rivales separó los condados de Aveancos y Cornado; más tarde las tierras que de un lado pertenecían a os prelados compostelanos y del otro a poderosos e intrigantes señores, y hoy sigue marcando la linea divisoria entre las diócesis de Lugo y Santiago.

Tal circunstancia convirtió sus márgenes en obligado escenario de las luchas de unos y otros, y así, durante las Edad Media, las aguas del Isoó se vieron enrojecidas muchas veces con la sangre de los combatientes. como recuerdo de tantas intrigas, grandezas y miserias, quedan aún en la cuenca de este río los restos de las fortalezas levantadas en defensa de tan encontrados intereses.