Os pazos de Arzúa na guía de Xosé L. Laredo Verdejo

Na guía que en 1999 editou o Concello de Arzúa (sen ISBN), titulada “Guía de Arzúa. Terra de Quesos, Caminos y Turismo Rural” e que escribeu Xosé Luis Laredo Verdejo adícase un apartado aos pazos do concello de Arzúa. Menciona dez e son os seguintes:

  • Remesil
  • Fondevila
  • A Riba
  • Bascuas
  • Pumar
  • Sedor
  • Outeiro
  • Orxal
  • Calvos
  • Brandeso

Adicionalmente, nun pe de foto citase a casa grande do lugar do Curro na parroquia de Figueroa. Reproducimos o texto do apartado 9, “Pazos”, que comenza na páxina 89:

Eran muchos los pazos desde los que los feudales gobernaban las tierras de Arzúa, por la feracidad de sus tierras y su importancia histórica. La mayoría han perdido su carácter pacego y abandonados o vendidos por sus señores se han convertido, en el mejor de los casos, en grandes casas de labranza. Así vemos el de Remesil en Dombodán, el de Fondevila, junto a la iglesia de Pantiñobre y el de A Riba, de la que sólo queda la capilla de San Bieito. Cerca de Ribadiso, se restauró acertadamente el pazo de Bascuas.

En Castañeda se miran dos grandes pazos de factura muy similar. A la orilla del Camino de Santiago el de Pumar, habitado y bien conservado, con su chimenea coronada de pináculos, torre y una galería orientada al mediodía. Frente a él, convertido en casa rural, el monumental pazo de Sedor, que fue solar de los Pita da Veiga. En el límite con el municipio de Melide, confundido con el poblado de Boente también se conserva en parte el que fue pazo de Outeiro de Boente.

La carretera de Arzúa a Pontecarreira atraviesa la extensa parroquia de Calvos de Sobrecamiño, en la que se conservan varios pazos. El de Orxal destaca en medio de este poblado por el volumen de su construcción del siglo XVII y la gran chimenea y el de Calvos de Sobrecamiño, al lado de la iglesia de San Martiño, perfectamente restaurado.

El pazo de Brandeso, en la parroquia de este mismo nombre, es sin duda el que mejor se ha conservado, desde su construcción en 1554, según una inscripción que aparece en la capilla. Las reformas posteriores a esa fecha son evidentes, pero conserva sereno su antigua grandeza.