Vías de comunicación no partido xudicial de Arzúa en 1931

O domingo nove de novembro de 1931, na páxina 6 do xornal La Voz de Galicia, publicouse, dentro da serie “Jurisdicciones de Galicia”, a entrega IV das referidas ao partido xudicial de Arzúa. Leva por título “Vías de comunicación”, e ao igual que todas as outras, ven firmada por Heliodoro Gallego Armesto.

No son, ciertamente, los habitantes del partido judicial de Arzúa, los que más derecho tienen a quejarse por falta de vías de comunicación.


Por su parte N. cruza el ferrocarril de Palencia a La Coruña, que poco después de entrar en él, salva el puente de Samel sobre el Mandeo, en medio de un pobre y áspero paisaje, determinado por una amplia meseta, pletórica de terrenos incultos o dejados a monte, encontrando a continuación tierras sembradas al aproximarse a la estación de Teijeiro, lugar de poca importancia y escaso vecindario, asentado a 487 metros sobre el nivel del mar, y en el cual se alza la Casa Consistorial del municipio de Curtis. A 12 kilómetros de este lugar, por carretera, están las ruinas del Monasterio de Sobrado de los Monjes, que ofrecen a la contemplación del turista, con sus riquezas arquitectónicas, las huellas de su pasado esplendoroso.


Al salir de Teijeiro cruza la vía el río Carregal, y continúa por una penillanura grisácea enverdecida por los tojos, que en primavera y otoño florecen de vivo amarillo; asciende una fuerte pendiente con grandes trincheras y una vez alcanzado el punto más alto 553 metros) salva los pasos de La Illana mediante grandes desmontes y terraplenes, y sin que nada recree el espíritu por falta de arbolado y regular vegetación, pasa bajo un puente, cruza una gran trinchera y sigue descendiendo por las asperezas y revueltas de la serrana estribación de los Montes de la Tieira para detenerse en la estación de Curtis, asentada en el lugar de Osbodeos.


Al pie de la estación, siguiendo la linea de la carretera, se ha creado un nuevo barrio, pero el pueblo de Curtis queda muy lejano, por la izquierda sobre un altozano que baña el río Cabalar. Desde estación hay servicio regular de automóviles a Santiago, Arzúa y Mellid.


Volviendo desde aquí la vía al S. cruza una gran trinchera en curva, pasa bajo la carretera de Betanzos y a través de un tunel abandona la comarca arzuana para seguir descendiendo a La Coruña.


De la red de carreteras que cruzan el partido judicial de Arzúa son las más importantes la de Santiago a Lugo, la de Golada a Betanzos y la de Arzúa a Teijeiro.


La primera, después de dejar en la Labacolla la directa a la estación de Curtis, penetra en tierras de Arzúa a través de bellos panoramas, donde la vista se recrea a cada paso con la contemplación de seculares bosques de robles y castaños, y ondulándose con ligera tendencia a ascender pasa por Amenal, pequeña aldea con 14 casas perteneciente a la parroquia de San Miguel de Ferreira (¿Pereira?).


Salva después varios riachuelos de límpidas aguas y mansa corriente, cuyas orillas aparecen festoneadas por graciosos “ameneiros” y frondosos fresnos y tras algunas bruscar curvas llega a Arca, cuyo núcleo principal queda a la derecha, pero cuyas construcciones modernas forman en la carretera un nuevo barrio, en donde se concentra el tráfico.


Pasa luego la carretera sucesivamente por los diminutos lugares de San Antón, Burgo, Dos Casas y Santa Irene, y un kilómetro después deja por la derecha otra carretera a Lalín (43 kilómetros). Asciende luego, pasando por Cerceda, salva el arroyo Ferreirós, deja la aldea del mismo nombre a la izquierda, cruza el lugar de Calle y llega a Burres, parroquia con 167 vecinos distribuídos en 18 caseríos. En este lugar parte a la derecha otra carretera a Puente Ulla (32 kilómetros).


Deja después a la izquierda la aldea de Cruz, salva varios arroyos y llega a Arzúa, villa con 751 habitantes y 103 viviendas, situadas en una altura de suaves pendientes, y la cual, vista desde lejos, parece una de las fortalezas de nuestra vieja historia. su altura sobre el nivel del mar es de 400 metros y su estación ferroviaria más próxima Curtis, a 27 kilómetros. Además de la que venimos describiendo, parten de ella otras carreteras a Teijeiro y a Puente de San Justo.


Tiene buenas casas para consistorio y escuelas; su pequeña iglesia parroquial guarda una bella imagen de San Francisco y presenta al exterior un relieve en piedra del sepulcro del Apóstol Santiago. A pesar del progreso iniciado en ella de unos años acá, aún le falta mucho para estar a la altura que merece.


Su calle principal es la del Carmen. Tiene un buen capo de feria. Del convento de Agustinos que en ella existió en remotos tiempos, queda solamente el recuerdo, denominándose “el convento” el sitio en que aquel se alzaba.


Pasado Arzúa la carretera se muestra ondulada a través de bellos paisajes; salva el río Isoó por el puente de Ribadiso, inmediato a otro del antiguo camino de Santiago y próximo al lugar que le da nombre, asiento en lejanos tiempos de un Hospital de peregrinos: atraviesa sucesivamente las parroquias de Castañeda y Figueroa, y 17 kilómetros después de Arzúa llega al cruce con la carretera de La Golada a Betanzos, donde en la última década se construyó un barrio moderno, perteneciente a la villa de Mellid, cuyo núcleo antiguo asienta a la izquierda en una penillanura a 463 metros sobre el nivel del mar, con varias calles y una bonita plaza, destacando entre sus edificios la casa palacio del Marqués de Corbera, la iglesia parroquial y el convento de Santi Spiritus, con su iglesia abierta al culto y en su torre el reloj de la villa. Hay además dos ermitas.


Casi unido al pueblo está el montículo llamado “El Castro” coronado por una pequeña capilla. Debe su nombre al hecho de haber estado emplazada en él la fortaleza de Mellid, combatida en muchas ocasiones, derruida en la guerra hermandina y cuya piedra aprovechó luego Sancho de Ulloa para construir el convento.


Después de Mellid desciende la carretera para salvar el río Furelos en la aldea del mismo nombre, y desde él vuelve a ascender con muy amplias y dilatadas curvas, en un bonito paisaje, pasando por Libureiro, y en el punto más alto de la cuesta casi en el extremo S. de los Montes de Carrión, abandona las tierras de Arzúa, para seguir a través de la provincia de Lugo.


Heliodoro Gallego Armesto

O foro do hospital de San Antonio da Ponte de Ribadiso

No arquivo da Universidade de Santiago consérvase un documento do 28 de xuño de 1523 que leva o título de “Foro de la Cofradía de San Eloi de los plateros de Santiago a Rodrigo Sánchez de Boado, vecino de Santa María de Rendal, por su vida y 5 voces de la casa del Hospital de Ribadiso da Ponte sita en la dicha feligresía de Rendal”. Na guía de “Arzúa no camiño de Santiago”, publicada por Everest e o Concello de Arzúa en 1986 podemos ver un resumo deste interesante documento que nos serve para coñecer a historia do que hoxe é o albergue de Ribadiso. Este resumo, na páxina 12 da edición en galego, dí así:

En Ribadiso, xusto ó pasa-lo río Iso pola ponte vella, seguindo a antiga estrada romana, da que é testemuña a mesma ponte, hai unha casa en ruínas que foi o antiguo hospital de San Antonio de Ponte de Ribadiso para acollida e atención dos peregrinos, que estaba administrado polas Terciarias Franciscanas do Mosteiro de Santa Cristina da Pena, da cidade de Santiago. No ano 1523, a administración do devandito hospital levábaa a confraría de prateiros de Santiago. O 28 de xuño don Lope Muñiz, procurador da devandita confraría, e os confrares Pedro Martínez, Francisco Domínguez, Vicario da mesma; Gonzalo do Cabo, Rodrigo Fernández “O Mozo”, Jácome de Vite, Bartolomé Fernández, Domingo de Castroverde, Alfonso Ynes, García Oanes e outros, déronlle en foro a Rodrigo Sánchez de Boado, veciño da freguersía de Santa María de Rendal, a casa do hospital de Ribadiso da Ponte, con tódalas herdades e cousas a ela pertencentes, non sendo a casa de Ferreiros. Na carta de aforamento din os prateiros, que son administradores do hospital de Ribadiso da Ponte, e, polo mesmo: “vos lo aforamos segundo dicho es por tiempo precio e pensyon en cada un año de medio real de plata pago al procurador de la dicha cofradía que agora hes y al que por tiempo fuere por día de Corpus Cristi de en cada un año; e aveys de tener las dichas casas del dicho hospital llevantadas e reparadas, e camas e ospitalero en ellas que acoja a los peregrinos que al dicho hospital vinieren e les haga toda la caridad” (Rexistro 30, folio 2 020-2 030 número da Biblioteca da Universidade de Santiago).

|Documento completo do foro

O topónimo Arzúa en Ben Falado

Hoxe compartimos un vídeo que recolle un fragmento do capítulo 191 do programa da TVG, “Ben Falado”, no que se comenta con detalle a posible orixe do topónimo “Arzúa”.

Aquí queda o devandito vídeo, e a continuación a transcrición do seu audio..

O Códice Calixtino do Século XII, describindo o Camiño de Santiago, cando pasa por Arzúa, non anota este topónimo. Menta “Sanctus Iacobus de Boento”, “Castaniola”, “Vilanova” e “Ferreras”, pero todos os especialistas cadran en asegurar que esa “Vilanova” situada entre as parroquias de Castañeda e Ferreiros é a vila de Arzúa, aínda que hoxe non haxa nesta zona Vilanova ningunha. Ese nome de “Vilanova” dinos que no tempo do Códice Calixtino a Arzúa primitiva medrara e creara un barrio novo, e é normal que o camiño pasase por onde nese momento había máis vida. As guías francesas do Camiño aínda seguen mentando os dous nomes ata o século XVIII: “Arzúa chamada Vilanova”, pero co tempo o nome antigo de Arzúa englobou tamén a Vilanova.

Arzúa rima con topónimos como Eirexúa, Ferreirúa, Pereirúa e Folgueirua, que son diminutivos de Eirexa, Ferreira, Pereira e Folgueira. Así que, Arzúa debería ser diminutivo de Arcia, un lugar que existiu na parroquia arzuán de Lema, de feito figura Arzola nun documento de 978 e a forma actual Arzúa xa aparece nun documento do 1283, pero ¿de onde virá ese diminutivo Arzola? Houbo quen o quixo emparentar coa palabra basca “artza”, que significa pedregal, pero parece máis atinado consideralo unha evolución de “Arciola”, que sería irmán de “Arcela”, un diminutivo de Arca, polo tanto Arzúa significaría unha arca pequena ou unha arquiña, un dos nomes galegos do bretón Dolmen.

Pregón de Antón Fraguas na IX Festa do Queixo

O 4 de marzo de 1984, cando contaba 78 anos, Antón Fraguas Fraguas o galeguista, historiador, antropólogo e etnólogo a quen se lle adicou o día das letras galegas en 2019 estivo en Arzúa lendo o pregón da IX Festa do Queixo que conservamos grazas a que se recolleu no número 2 da revista “Uilla noua: voceiro arzuán” en marzo do 1986. Antón Fraguas tamén foi o pregoeiro da Festa do Queixo nos anos 1976 e 1977. A continuación transcribimos o contido das páxinas 26 e seguintes daquel segundo e último número de Uilla noua:

Fai mais de cincuenta anos que pasei por iste camiño e por iste pobo, na compaña de outros amigos pra percorrer as terras de Melide a arrecadar datos pra facer o estudio da comarca. Na casa onde paraba o coche de línea había nun departamento adicado a comedor unhas pinturas murales feitas por un entonces xoven pintor e poeta, Prado Díaz, que índa vive en Compostela. Levo dende aquela data pasado moitas veces por estes camiños e tamén meditado moito no seu pasado que se apoia na prehistoria e na estampa xeográfica do presente.

As terra Arzuáns mostran moitos restos de mámoas e de castros que nos axudan a comprender as raices de vellos estamentos e a importancia do lonxano poboamento; xa fixo en lugares onde podia desenrolar a súa vida. Viñeron xentes de fora e impuxeron novos rumbos, a vida cambeou de un modo semellante a como vai cambeando de un modo semellante a como vai cambeando nos nosos días. Abríronse camiños e orgaizouse millor o comercio, cultivaronse maís terras porque había mais poboación pra manter, os veciños deixan o castro e aséntase na encosta e no val. As vellas calzadas románs chegaron ós nosos días e o carro, tan gasalleiro, sempre troupeleo con aires de muiñeira, cando valeiro baixaba pola corredoira empedrada, e cantaba ledizoso cando iba cargado pro curral do seu amo.

Á calzada román ve emparellarse outro camiño, o Camiño Francés, que foi tan grande a súa importancia que a sú roita foi camiño por excelencia. Foi camiño de pelengríns, de Santos, de Reises, de tremendos pecadores, de grandes artistas, de de furibundos ladróns. Nos momentos de mais movimento de xentes pra Compostela, Arzúa tiña unha muralla pra defenderse de peligrosos viaxeiros, pero tamén, claro está, pra recaudar os dereitos de portádego. É, precisamente, por semellantes cobranzas polo que sabemos dos seus muros. O señor da Vila era o Arcebispo de Santiago que ten uns dreitos especiales ben especificados nos Fueros: no dreito de portádego sinala a perceución de cada uno con istas verbas: Item ha mas el dicho señor la mitad de portaje a la otra meitad lieuala el concejo del dicho lugar por privilegio que ovieron de los Arçobispos Don Beringuel e Don Pedro, para faser la cerqua: e fueles otorgado por once años que son pasados e mais seis anos: e agora cógenlo sin privilegio nin confirmación vuestra. Están coa cerqua, é decir coa cerca, como se chama a muralla de Santiago nun gran tramo onde había unha imaxen da Virxen nun nicho, e índa hoxe se chama así. O Arcebispo Don Beringuel, é don Berenguel de Landora contra quen loitaron os composteláns que desexaban impoñer o poder civil independente do eclesiástico, o poder dos leigos sobor do poder eclesiástico. Quizais por os acontecimientos composteláns non fai reclamación ós alcaldes de Arzúa que cobran xa fora do tempo que lle deran. o outro Arcebispo é don Pedro V que morre no ano 1351.

O Camiño Francés ten a súa guía dende moi antigo e Arzúa queda no medio de dúas estacións que se citan por Aymerid Picaud: Castaniola, como di o Calixtino, Castañeda, e Ferreiros. A Castañeda era moi importante polos fornos de cocer a cal porque eiquí facíase o cemento, como lle chama Walter Starkie, e as pedras de cal traíannas os pelengríns dende Triacastela, localidade que se atopa no Camiño despois de pasar o Cebreiro e Liñares, a pouco de entrar en Galicia, era como unha penitencia imposta por cada ún, a seu gusto, pra contribuir dese xeito á obra da Basílica Xacobea. E maís preto de Arzúa, ahí en Ribadiso, xusto ó pasar o río pola ponte vella, que colle o camiño dreito que baixa dende a volta da Portela, atópase unha casa arruinada, foi un Hospital que se chamaba Hospital de Ribadiso e pertenecia o gremio de plateiros de Santiago. Atndía os pelegríns, curándolle as feridas principalmente dos pés, os pelengríns parolaban e así xurdían contos e lendas, historias de Santuarios, milagres de Sanotos e loitas de señores ou amores de princesas e das damas dos castelos. Os veciños de Arzúa escoitaban de mañanciña cando saian pro agro para oir algún canto de viaxeiros en línguas aleas, e poida que algunha vez un troveiro fixera un recital de namorado acompañado con dulzaina ou zanfona, a algunha fermosa arzuana.

Os viaxeiros que escribiron do seu viaxe teñen notas curiosas, certas inesactitudes e cargan a mais non poder as notas ruíns que lle cadrou de atopar. E pra que vexan un exemplo reparen no que dí Jerónimo Münzer no seu relato: “O día 21 de nadal, escribe Münzer, despedímonos de Santiago i-encamiñámonos a Ferreiros, aldea a cinco leguas de aquela cidade, onde tivemos fementido hospedaxe. Ó seguinte día fixemos unha xornada de nove leguas pasando polo lugarexo de Melide, e por Segonde; o 24 chegamos a Portomarin, e, dende alí, atravesando un gran río e o cabo de oito leguas a Sarria. Toda esta comarca é fertil índa que montañosa e pouco poboada; a carne de porco e nela o alimento principal, e verdadeiramente que a xente do país é porca sobre toda ponderación”.

Como lle chamou lugarexo a Melide, escoitemos o que nos dí outro relator, Antonio de Lalain, señor de Montigny, na descripción do viaxe de Felipe o Fermoso, a quen acompañou nos dous viaxes, fala así dos mesmos lugares, sendo moi pequena a separación dos anos: “O martes oito de marzo, refire Lalaing, oída a misa foron a parar a Ferreiros, cando habían camiñado cinco leguas. (Cearon e durmiron alí). O mércores camiñaron catro leguas, logo comeron en Melide, vila fermosa pero pequena; é condado e hai alí castelo. E despois camiñaron cinco leguas e aloxáronse nun pobo chamado Guntín”. Ahí temos a diferencia. Este, o señor de Montigny, comeu e durmeu en Ferreiros e atopou as cousas ben e todo limpo; pero onde se descobre millor a diferencia é na referencia a Melide, pra Münzer é un lugarexo, usa a clásica forma despectiva, mirou e non soupo ver; en troques pro señor de Montigny é unha vila fermosa. Facemos a cita pra que non pensemos que por ser extranxeiro xa vai facer loubanza da nosa terra.

Hai que destacar tamén o fenómeno románico mais ou menos relacionado co Camiño Francés pero sempre realizado polos canteiros galegos, e, como unha constante; a vida, a vida campesiña afincada á terrra na que cada primavera é unha espranza e cada outono unha gozosa regalía das colletias, xa nas arcas trigos e centeas, e as castañas nos canizos. É interesante ouservar a chegada de novos froitos, o millo e as patacas, e o planteamento de pagos de rendas, cando estan plantas teñen xa un volumen cobizoso nas sementeiras.

A terra arzuán é terra onde os soutos de castiñeiros cubrían notables exensións de encostas nas veiras dos ríos, foron desparecendo e hai necesidade de retornar a esta noble planta que da beleza a un lugar, sabroso froito e madeira de gran calidade. Índa hani no paisaxe o carballo trunfante, as grandes carballeiras gala de moitos lugares, tamén elas tiveron moitos nemigos: a construcción de vivendas, os maquinismos de labranza, os barcos, as travesas do tren e o lume. De vez en cando pérdese un carballo tipo, un carballo co seu nome como o Carballo das mentiras, en Calvos de Sobrecamiño, non era un patricio como o de Santa Margarita de Pontevedra, era un árbol emprazado na veira do camiño disposto de tal xeito que permitía sentarse ó seu redor de un modo natural polo rebaixe da terra, agora sentábanse na súa veira os veciños que tiñan os seus parlamentos denantes da Misa, noutros tempos debeo ser no carballo onde se xuntaban o Consello parroquial, e quizais de tales xuntanzas acadara o nome. Inda quedan grandes chouzas e carballeiras como a da Castañeda que fai a maravillosa estampa diante da casa de Saavedra e a Carballeria da Illana da que hai de lembrar a cantiga da costureira a que fan unha pregunta pra ónde se vai seu corazón e da unha curiosa resposta pra que ninguén intente minguar a súa ilusión:
– Costureiriña bonita díme donde fas o niño:
– na Carballeira da Illana, no máis alto carballiño.

Na economía arzuán ten unha importancia moi grande o gando. no século pasado eran moi numerosas as greas e os rebaños. nun certamen que se celebrou en Santiago con motivo das Festas do Apóstolo o 25 de Xullo de 1861 gañou un premio de 200 reas un potro de dous a catro anos, Don Antonio Sánchez Barallobre, natural de San Xulián de Cumbraos. Era un concurso de gando pra estimular ás xentes a seleccionar o gando. Pero temos que facer eiquí unha distinción: as vacas. Una aforismo galego dí: a vaca é a pipa do labrador. Deica agora a vaca foi todo pra un labrador e na maior parte de Galicia os veciños sentíanse solidarios no caso de que unha vaca caise por un barranco e rompese unha perna, había que sacrificala e os veciños iban todos mercar carne para axudar á perda. A xugada era o motor de todo o traballo: carro, arado e grade funcionaban tirados na maior parte das familias, por unha xugada de vacas; unicamente os carreteiros tiñas as xugadas de bois e os labradores mais podentes. O dono vía nas vacas, na xugado o seu gran amparo. Vai desaparecendo a tracción animal, o carro. Agora que os estoupidos do tractor apagaron o seu canto lembremos os versos de Cabanillas: “Meu carriño!”

Carriño forte e xeitoso
meu carriño
arrolador e mimoso
como o berce d-un meniño!
Meu carriño cantareiro!
O de xuga e cabezalla
coa puntiña da navalla
pulidos da miña man!
Sempre ó paso, sempre xuntos
entre estripos e entre frores,
cantemos nosos amores,
sin sair do noso chan!
Meu amor de carreteiro!
Meu carriño!
O do eixo de ameneiro
e os canizos de sanguiño!
Lévame, meu carro, leva,
pola meiga terra nosa
que a miña alma saudosa
lonxe d-ela non se afai.
Lévame por onde escoite
a fala doce e sentida
entre biscos deprendida
no colo da miña nai!

O poeta ten pro carro unha saudosa despedia:

Oxe corredoira abaixo,
mañán corredoira arriba,
mentras ti dures e eu viva
teremos un camiñar.
E cando ti xa apodrezas
e eu dé o laio derradeiro,
que fagan do teu chedeiro
a caixa pra me enterrar!
O do eixo de ameneiro
e os canisos de sanguiño!
Meu amor de carreteiro!
Meu carriño cantareiro!
Meu carriño!

A desaparición do carro como a desaparición da cociña de lareira é unha mostra de gran transformación. O carro morre sin que se teña despenalizado o seu canto nas vilas e cidades. Quizais inda alguén lembre a tabua co letreiro; VEHICULOS 10 Km. a la hora. PROHIBIDO EL CANTO DE LOS CARROS. Por eso outro poeta Eladio Rodríguez González, adicoulle tamén os seus versos dándolle consellos:

Non te mentas de romplón
por onde haxa pedrugallo.
Vaite ben a modo, ô son
da tua rítimica canción,
que nos eidos é traballo
e nos campos oración.
Cánsate nos teus camiños,
enzoufate nos bulleiros,
espíñate nos espiños,
máncate nos comareiros
e mollate nos lameiros
dos tarreos campesiños…
Mais non entres na ciudade,
pois se te sinten cantar
xa non te deixan pasar
no nome da autoridade…
E non te vaias rogar
que xa te virán buscar
por propia necesidade!

Como un tubrión que vai arrasando xa poucos carros quedan soio nas terras moi quebradas seguirán usando por agora, o seu carriño. Quedan as vacas liberadas do xugo e do trobo, pero a vaca seguirá sendo o anmial familiar tan mansiñas que chamadas dende lonxe viñan, como un can, pra comer un codelo de brona ou unha espiguiña nova, e a súa crianza facíase on delicadas atencións porque na vaca encerrabase unha ilusión como refiren versos de Crecente Vega, adicagos a unha becerra, a unha pucha mal mantida, que comprou por trinta reás:

A MIÑA PUCHA

Cavilando coma un toldo,
entre trasgrolo e trasgrolo
pensaba na cama eu solo
como poerme en gado meu.
Ter vacas miñas! Canté!
Pro fai falla ter un pé.
Ti cómo farás José?

Maxinando n-isto eu,
Anxela dime baixiño:
Sabes en qué penso homiño?
En pillar outtro camiño.
Ou non val Pepe d-Hermida
mais que pra tirar dun raño?
Merca unha puchiña, diaño,
anque sea como un año,
pra empezal-a nosa vida.

E aforra que aforrarás,
hoxe un can, mañán dous cas,
â conta dos meus xornás
merquei onte na Barqueira.
Non é moi grande a becerra,
óra que é moito por terra.
Non me baixou unha perra
dos trinta, e fixen boa feira.

Os pés esquerquenadiños
ten, e os osos ispidiños
coma as pedras dos camiños,
e o pelo repuluxado
coma os dentes dun rastrelo.
Tocoulle pouo farelo,
que nadia dí como o pelo
se ven de man probe o gado.

Ven de pasar fame pura;
pro ten oso e armadura
pra botar boa figura
o día que ande ben chea.
E anque é hoxe unha pataca
e como os cainzos fraca,
hei facer dela unha vaca
como as millores da aldea.

E logo hasta é tan mansiña!
cando seu dono a acariña
pandéase, e tan quediña
se queda como unha pedra,
sin moverse ben nin mal.
Que é tolamia? Non é tal,
que anque sea un animal
tamén co cariño medra.

Becerriña que remós,
ti has-me de dar puchos bós,
ti serás meu ben de Dios,
pra que a fame non me anubre.
Ti no aleitar has de ser
unha fonte, si Dios quer,
e os meus fillos hei manter
co leitiño do teu ubre.

Por ti de probe hei salir.
en tí vexo o meu porvir,
o empezo do meu vivir,
o comenzo do meu gado.

Con qué pracer te aloumiño,
miña pucha, meu cariño,
a de esqueleto ispidiño
e pelo repuluxado!
teño de facerche un traxe;
heite por de boa peñaxe
co millo da miña ucha…
O que é se Dios te me deixa.
Miña becerriña teixa!
meu cariño. Miña Pucha!

En Arzúa tiña que ser moi boa a carne de vaca como podemos demostrar léndolles un mandato do Fuero da Vila. Hai que ter en conta que o Arcebispo de Santiago, como xa se dixo, era señor da Vila, e o Fuero dí: “En el dicho lugar de Arçua da el concejo al señor (niste caso o señor como acabamos de decir é o Arcebispo) cada que fuer o vinier a Castilla e pasar por y un odre de viño e sesenta panes unha perna de vaca.”

Agoraa diremos: falouse do gando, das vacas, do leite e preguntámonos a nos mesmos: e os queixos? Do queixo non fala o Fuero pero temos un documento o que non se lle borrou a tinta. Trátase dunha representación dos queixos arzuáns o lado das empanadas de lamprea de Padrón, o caldo na pota eo viño quizais da Ulla ou do Salnés. Todo un banquete de bodas. Están esculpidas tales viandas en fino granito nas ménsulas do Pazo de Xelmirez en Santiago, no gran comedor onde se representa unha boda de moito fuste; Sánchez Cantón cree que poder ser a boda de Alfonso IX de León, este rei morre en 1228, polo tanto dende fai mais de 700 anos os queixos de Arzúa formaron parte das boas comidas. Non variaron de feitío, nin de tamaño, son redondos e completamente planos. Fomaba parte o queixo arzuán das grandes comidas, das máis vistosas comidas. Algún tempo cantábase na ruada a cantiga do queixo, millor do que comía o queixo; do criado que louvaba a fartura na casa do seu amo:

A mañán almorzo queixo,
ás doce queixo con pan,
á tarde merendo queixo
e á noite queixo me dan.

Alguén me dixo unha frase atribuída a Marañón: ningunha comida de queixo nin sin queixo. As verbas do ilustre escritor recomendan o consumo de tan delicado manxar, e sendo consello de médico índa debe ser mellor acollido. E posto que espigamos no Cantigueiro lembremos a petición primeira que se fai do leite, materia prima pra outer o queixo:

Eu pedinlle o leite a vaca,
a vaca pideume herba,
e pedínlle a herba ó prado
e o prado pideume a rega.

A vaca non é un animal eisixente pero o agricultor, ou quizais millor a agricultora, conoce moi ben os alimentos que dan millor calidade de leite que se traduce seguidamente nos queixos por iso hai o quiexo da nabiza, o quixo da palla seca, o queixo da millarada, e índa se poderá distinguir a calidade dos prados, a auga coa fariña ou co relón, toda unha encadeada alimentación fará o queixo máis ou menos mantecoso dende o que regaña e se desmorona co seu peso, deica o que se mantén sin corte nin arruga. Calquera fará declaran a quen non comeo canto quixera comer e dí: Eu do queixo non me queixo, queíxome polo que deixo. Ou do que compara a ración do queixo coa do pan e dí: A min tanto queixo como pan, nunca mo dan.

Inda hai outra escolla o leite de determinada vaca, polo menos é razón que teño escoitado decir cando alguén matizaba o sabor dun queixo. Tén tamén a súa adiviña: Blanco sin cal nin neve, roda que non fai rodeira e ollos que nunca ven. Sábela adiviñadeira. Tamén o refrán tén os seus exemplos no queixo, así digamos como exemplo: O trigo e o centeo mercalos na eira, e o queixo na queixeira.

Veciños da Terra de Arzúa a vosa Festa renova o mérito extraordinario do traballo.

Antón Fraguas

Arzúa no Liber Sancti Iacobi ou Códice Calixtino

Parece que a actual vila de Arzúa aparece mencionada no Liber Sancti Iacobi, que data do ano 1.140 aproximadamente. Das copias manuscritas deste “Libro de Santiago” a máis famosa é o chamado Códice Calixtino que se conserva no arquivo da catedral de Santiago e foi elaborada entre 1.160 e 1.180.

Para explicar esta mención, reproducimos un artigo do mediavalista Manuel Cecilio Díaz y Díaz, e que foi publicado no número 1 da revista “Uila Noua: voceiro arzuán” o 1 de xaneiro de 1986 (páxina 4):

En el siglo XII, cuando las circunstancias políticas, sociales y económicas favorecen la actitud religiosa de penitencias y redención de culpas que constituyen la base de las peregrinaciones, eran muchos los peregrinos que de todas las regiones de la Europa occidental acudían a Compostela, movidos a la vez por el prestigio del santuario jacobeo, su lejanía (cerca de Finisterre) y las especiales condiciones de la Península Ibérica (árabes al sur del Tajo, siempre activos; tensiones entre los dos poderosos reinos de Castilla-León y de Aragón, más Navarra, junto con el problema de los indómitos vascos, etc.). Todo esto hacía atractivo este camino, en tanto que se consideraba más cómodo y sin problemas el de Roma, y con exigencias casi insuperables para muchos el de Constantinopla y Jesuralén. Eran muchos los que recorrían el camino de Santiago, pero podían ser todavía más. Y así, se concibió todo un sistema de propaganda de la peregrinación compostelana que redundaría en beneficios espirituales, pero también en ventajas económicas y de poder para muchos centros de devoción situados a lo largo del camino de la peregrinación. Entre los mecanismos inventados para incitar a la peregrinación hubo uno, evidentemente destinado a minorías muy selectas pero poderosas y capaces de servir de ejemplo, que fue la elaboración de un libro que cantase las excelencias del apóstol Santiago e ilustrase a los posibles peregrinos sobre las riquezas espirituales y las maravillas que podían poner al alcance de su mano haciendo el viaje a Compostela. Así surge hacia 1140 el llamado Libro de Santiago, un conjunto en el que se reunen todos los textos relativos a la vida y martirio del Apóstol. Una colección amplia y variadísima de sus milagros y una guía del peregrino, ésta inicialmente orientada a descubrir la ruta que había de seguir y los santuarios que podría visitar en esa ruta o en sus cercanías hasta llegar a la propia Compostela. Por si este conjunto, parecido a otros que se crearon para fomentar la devoción a otros santos en distintas regiones, no parecía suficiente, se le incorporó otra obra en la que se contaban maravillas del personaje más legendario de aquellos tiempos, el emperador Carlomagno, al que se le suponía fiel devoto de Santiago y uno de los primeros peregrinos a Compostela. Este conjunto de textos se hizo circular sobre todo por Francia. Hacia 1150 en Santiago mismo se enriqueció con más textos todavía. Y como muestra de devoción a Santiago y ejemplo fehaciente de la situación de la propaganda de las peregrinaciones, se sacó una copia muy cuidada que se ofrendó a la Catedral de Santiago antes de 1160 y todavía se guarda en ella como un preciado tesoro, el llamado Códice Calixtino. Pero no es este el único ejemplar que nos resta del Libro de Santiago, del que se conocen actualmente varios ejemplares, de fechas diferentes y guardados en diversas bibliotecas europeas (Lisboa, Salamanca, Londres, Vaticano, Barcelona, etc.).

En un curioso capítulo de la Guía se señalan los más importantes lugares que cruza en su peregrinación el romero compostelano. Gracias a esta descripción nos son bien conocidos las etapas de la ruta jacobea. En ella, hacia el final, por referirnos solamente a las comarcas más cercanas a Santiago, nos encontramos con el texto siguiente: “Después viene el puente sobre el Miño (Portomarín); después Sala de la Reina (Saa); después Palas de Rey; después Campo Leboreiro (Leboreiro en Melide); después Castañola (evidentemente A Castañeda); después Vilanova; después Ferreiros; después Compostela, la admirable ciudad del Apóstol”. La disposición geográfica no parece permitir la menor duda sobre la identificación de la llamada Vilanova. Ya desde hace tiempo se viene identificando Arzúa, equidistante entre la Castañeda y Ferreiros. No tenemos ningun otro testimonio de este nombre, del que tampoco queda ninguna clase de huellas en los nombres menores de lugar. Cuando encontramos tiempo después mención de Arzúa en la documentación del monasterio de Sobrado, ya aparece situada en pleno camino de Santiago y con el nombre actual.

No cabe la menor duda de que el nombre de Vilanova está denunciando la reciente fundación de este poblado en el camino de Santiago y en función de él. No sabemos quienes hayan podido ser los primeros pobladores del mismo, ni la época en que se haya hecho el poblamiento, aunque quizás se podría aceptar que se remontase a comienzos del siglo XI. Esto justificaría que todavía los peregrinos que pasan por el camino tomando notas para la Guía entre 1120 y 1130 no conociera otra denominación que la de “Pueblo Nuevo”; pero también que la titulación de las dos parroquias que comprenden la nueva denominación sea tan significativa como la de Santa María y Santiago. Probablemente fue Santa María la primera población, que luego se corrió un poco al Este para, apoyándose en el Camino, crear la nueva parroquia de Santiago.

Nos movemos en el terreno de las hipótesis, pero éstas son necesarias para comprender los nombres de las dos parroquias, el nombre de la villa de Arzúa y esta antigua denominación que vemos recogida a comienzos del siglo XII. Otro tema distinto es el origen de la forma Arzúa, cuya etimología es por el momento desconocida. Algun día habrá que prestar atención a este asunto. Por el momento baste saber que Arzúa, bajo su otro nombre de Vilanova, cuenta con una preciosa ejecutoria de antigüedad en la narración que leyeron lo muchos peregrinos que sin duda se asomaron al Libro de Santiago.

Morre accidentalmente unha moza en Ferreiros por un disparo

A primeiros do século XX existía unha costume entre os mozos chamada “correr a pólvora”, e que consistía en que, ao rematar unha romería se reunián e disparaban os seus revólveres ao aire. No xornal “La Voz de Galicia” do 3 de setembro de 1920 aparece unha tráxica nova, que nos conta como unha moza de 18 anos recibeu no pescozo unha desas balas disparadas por diversión:

Joven muerta en Arzúa

Hubo el domingo una romería en la parroquia de Ferreiros, del distrito de Arzúa, y acudieron a ellos mozos y mozas de aquella aldea y de las inmediatas.

También fueron a la misma fiesta reunidos, la joven de dieciocho años de edad Dolores Balado Rodríguez, sus hermanos Manuel, María y Mercedes y los mozos Manuel García Brocos y Cristóbal Vieites Aldariz.

Terminada la romería al anochecer, los mozos de aquella comarca allí reunidos, siguiendo una costumbre tradicional en tales fiestas, “corrieron la pólvora” disparando sus revolvers al aire.

Tuvo esto lamentables resultados, ya que una de las balas fué a herir en el cuello a la joven Dolores Balado, la que no tardó en fallecer.

Enterada de la desgracia la Guardia civil, detuvo al hermano de la víctima y a los otros dos mozos que le acompañaban, poniéndolos a disposición del juez de Arzúa.

O mesmo feito foi recollido o mesmo día por outro xornal: “El Compostelano: diario independiente”, que co antetítulo “En una romería” deu así a nova:

Joven muerta de un tiro

El día 29 último se celebró en el pueblo de Ferreiros, de Arzúa, una romería, a la que asistía la joven de 18 años Dolores Balado Rodríguez, vecina de aquella parroquia acompañada de sus hermanos Mercedes, María y Manuel y sus convecinos Manuel García Brocos y Cristóbal Vieites Aldariz, de 17 años de edad.

Cuando más entretenidos se hallaban formando un grupo, la Dolores se sintió herida por un proyectil que le penetró por el lado derecho del cuello en dirección horizontal, alojándose en las glándulas del lado contrario y produciendo intensa hemorragia interna y externa á consecuencia de la cual falleció pocos momentos después.

De las pesquisas que la Guardia civil del puesto de Arzúa llevó a cabo, resulta que el disparo debió de ser hecho a corta distancia, y que por la dirección de la bala y hallarse la interfecta con sus acompañantes separada un buen trecho de la romería, es casi seguro que el tiro fué disparado por el hermano de ésta ó alguno de los dos individuos que estaban en el grupo.

Los tres están detenidos y niegan ser los autores del disparo, aún cuando se contradicen en algunos extremos.

Arzúa vista por un viaxeiro do século XIX

O número 2 da “Revista de Galicia: periódico de ciencia, literatura y artes”, que leva data do 15 de xuño de 1850 inclúe un relato titulado “Recuerdos de un viaje por Galicia” e que firma José María Gil, reproducimos o fragmento que recolle o treito entre Ferreiros e Boente:

A las tres de la tarde llegamos á Ferreiros. En su estremo oriental, en una pequeña taberna solitaria, el repuesto de las alforjas y el tinto del Rivero nos dieron ánimos para continuar hasta Arzúa, residencia de un juzgado.

La Arzúa es una modesta villa, parecida al barrio de una ciudad. Divídela en dos porciones el camino, al encontrarla en la loma de la colina. A aquella hora se retiraban a ella, buscando los atajos, los moradores que mas habían alargado su paseo, y niños y pobres mugeres con haces de leña para alumbrarase y calentarse á la noche. Los diversos obgetos que se alzaban sobre el terreno, iluminados por la rojiza luz de los árboles de la tarde, proyectaban hacia el levante azuladas sombras sin fin, que rapidamente se desvanecieron. El sol, que al verse en el zénit se había creído señor del universo, ahora sepultado en el occidente, recordaba al poderoso envanecido, cuan efímera es la grandeza. La tierra yacía tranquila en brazos de la oscura noche; solo nosotros interrumpiamos su augusto reposo con los acelerados pasos de las cabalgaduras, unas veces mudos o insensibles sobre la arena, otros huecos y sonoros en las peñas cóncavas, ya estrepitosos y centelleantes contra las piedras del puente Rivadiso, ya transformados en sucesivo chapoteo al atravesar un charco sin nombre ó un vado desconocido. Pronto vimos vibrar en el negro espacio un punto de fuego, que en breve quedo fijo; sentimos un leve rumor de vida; despues oimos el ladrido de los perros y el chirrido de un carro; divisamos bultos de edificios y al fin entramos en la posada de Boente, cuyo portalon se abrió de par en par á las voces del maragato.

Así como es un contraste singular un sepulcro en un jardin una calavera en un baile, asi lo sería la vanidad en este meson, aqui en donde la cuadra es al mismo tiempo portal, sala y antesala, y no hay mas que unos mismos banquillos para todos y un mismo pavimento, y un mismo techo para las mulas y para los hombres. Solamente la cocina mereció estar separada por un tablado con tantas rendijas como junturas. Cercanos á este se hallaban amontonados los fardos, banastas y cajones, carga de las sufridas bestias de la recua, que atadas á lo largo de los pesebres, engullian el heno seco con que las habian obsequiado.

Nosotros, menos afortunados que ellas, lo hubiéramos pasado muy mal en este lugar, donde todo falta, si los maragatos no fuesen los hombres de las provisiones, á las cuales apelaron sacando de las alforjas algunas libras de tocino, que pusieron á cocer en un tiznado pote suspendido de los llares. En seguida mi buen Felipe se fué con Tirso su criado, á reconocer las herraduras de las caballerías. Después de cenar, me guiaron á la casa inmediata en donde me esperaba la cama, limpia en verdad, pero mas dura de lo que convenía. Allí, se renovaron en mi mente las imágenes de lo que había visto, y me fue fácil ordenarlas. La contestura general de esta jornada consiste en una serie de montes, que estriban al N. en la cordillera del Tambre, surcados por varios arroyos de transparente y bulliciosas aguas, que corren entre alisos hácia el E. á enriquecer el Ulla, regando antes angostas cañadas. La de la Labacolla, que las recibe del Amenal, es la única que vierte al O. en el Tambre. El punto más culminante de la cordillera, límite de esta distribución entre ambos ríos, se divisa una legua al N. sobre Boente, con sus vertientes meridionales cubiertas de robles. Despues de bajar la colina en la que está Arzúa se atraviesa el río Iso, que aunque el mayor de la jornada, no es mas que un humilde tributario del Ulla, con quien confluye cerca de Portodomouro, recojiendo antes otro riachuelo que pasa cerca de Boente.

Respecto á la Mineralogia solamente pude notar que desde antes de S. Lázaro se presental el anfibol, cuyo nucleo es el Amenal. En las bases de las colinas y en las hondonadas está por lo común descompuesto en ocres ó barros, mas ó mejos rojizos, uno de ellos cruzado por una cresta de grafito muy impuro. Hacia Labacolla desaparece gradualmente la anfibolita conviertiéndose en gneis, y este pasa luego al granito. En los tránsitos hay silice en canto grandes como rodados y en filones intermedios. El cultivo aqui es escaso y mal entendido; hay inmensos terrenos que roturar con ventaja. Centeno y prados naturales son la producion dominante. Tampoco hay mas actividad en la industria fabril. La grandiosa fábrica de curtidos de Labacolla y una tejera en el Amenal con algunos molinos harineros muy malos es lo único que he encontrado, pero se echa de ver que la ganadería, y en especial la mular, ocupag mucho á los habitantes de este abandonado país.

Construción da estrada Santiago – Lugo

O número 125 do Boletín Oficial da Provincia da Coruña do 19 de outubro de 1853 facilita o detalle das obras da estrada de Santiago a Lugo:

Trozo quinto.

Se hicieron 156 varias cúbicas de muros de sostenimiento de mampostería ordinaria en la Salceda.

681 varas lineales de firme entre Brea y Ferreiros.

Trozo sexto

156 varas lineales de esplanación de desmonte y 224 en terraplén en el Raído.

Se construyeron 400 varas cúbicas de muros de sostenimiento de mampostería ordinaria en Gayan.

Se han concluido 1000 varas lineas de firme entre Arzúa y casas de Penas.

Trozo sétimo.

166 metros lineales de esplanación en desmonte de terreno duro y 234 idem idem en terraplén entre Arzúa y Boente.