Cincuenta carlistas de a cabalo irrompen na feira

Segundo podemos ler na páxina 366 do xornal “El nacional: diario de la tarde” do 26 de abril de 1836, o día 8 de ese mes apareceron na feira os carlistas, polo camiño de Burres, e os soldados isabelinos enfrontáronse a eles. Na transcrición corriximos algún erro nos topónimos (Nellid por Mellid, Cotorbe por Cortobe). A nova di así:

El capitán general de Galicia con fecha 16 trascribe los partes que le han dirigido el brigadier don Francisco Ocaña, comandante militar del cantón de Mellid, y del que lo es del de Santiago. En el primero se le noticia que el capitán de cazadores de Castilla don Juan de Santos y Jimenez, hallándose en Arzúa con objeto de proteger la feria, se presentaron el día 8 por el camino de Burres unos 50 facciosos a caballo haciendo fuego, acompañado de la gritería de costumbre. Inmediatamente se dispuso á atacarlos, mandando al subteniente don Juan García Salas con una cuarta de compañía por la izquierda, al sargento segundo José López por el centro con una guerrilla, dirigiéndose el en persona con el resto de su compañía y comandante de Nacionales movilizados por la derecha con el fin de cortarlos. A distancia de un cuarto de hora la infantería rebelde, que se hallaba tras unos parapetos, rompió un vivo fuego, el que fue despreciado por nuestros valientes, que á pesar de ser un número muy inferior lograron desalojarlos y perseguirlos en su retirada hasta el lugar de Cortobe. El resultado de esta acción ha sido causarles 8 muertos que se vieron en el campo, sin otros, y los heridos que pudieron ocultar y llevarse, habiendo tenido por nuestra parte 2 heridos de gravedad y uno levemente. Se han distinguido particularmente el subteniente del regimiento de Castilla don Juan García Salas, el de igual clase de Nacionales don José María Salgado, los sargentos segundos José López y Francisco Piñeiro, los cazadores Manuel Santiago, Francisco Barreiro y Manuel Año, heridos, y F. Souto y los Nacionales Juan Soto y Francisco Gonzalez.

Caballería calista, 1837. Augusto Ferrer Dalmau

O alcalde de Arzúa pide que a Garda civil acuda as romerías

No xornal “El Correo de Galicia: Diario independiente de avisos y noticias” do día 8 de xuño de 1903 publicouse:

El alcade de Arzúa interesó del gobernador civil que ordene que las fuerzas de la benemérita concurran á las romerías que desde este mes se celebran en aquél término casi todos los domingos.

Un abuso de poder do cura de Burres

A continuación reproducimos unha nova publicada no xornal “La Voz de Galicia” o 12 de febreiro de 1884 e que conta como, por mor dun pleito que o sacerdote mantiña cun veciño, trata de impedir a voda da súa filla:

Dícennos de la villa de Arzúa que el párroco de San Vicente de Burres viene resistiéndose á publicar las proclamas de dos jóvenes que quieren contraer matrimonio, á pretexto de que el padre de la contrayente sostiene hace tiempo un pleito contra el representante de la mitra de Santiago, acerca del mejor derecho al disfrute de la capellanía de San Pelayo y San Antonio de Preguntoño.

La conducta de ese señor párroco no nos parece todo lo correcta en este particular, porque de seguro dará motivo á que muchos jóvenes, vista la resistencia del ministro de la iglesia, á legitimar su unión, pasen á vivir de un modo que dicho señor sacerdote seria el primero en reprobar.

Si la influencia de El libredon, ó la de sus inspiradores, es tan grande como nosotros creemos, bueno sería que se recomendase al aludido parroco, que cediese en su tenacidad

Unha lea entre mozos en Burres remata cun ferido

O venres 4 de xullo de 1902, na sección “De sol á sol” o xornal “La Voz de Galicia” publicou o que segue:

En una reyerta sostenida días atrás en la parroquia de Burres (Arzúa) entre varios mozos de aquel término resultó con tres heridas en la cabeza producidas con un palo, Jesús Furelos Barral.

Como presunto autor del hecho fué detenido Manuel Basadre Vilela, vecino de Arzúa.

Victoria do Peña F.C. contra o U.S. Galicia de Santiago

O número 2.592 do xornal “El Ideal Gallego: diario católico, regionalista e independiente” o 22 de xullo de 1927 publicou na sección de deportes da páxina quinta:

EN ARZUA

El domingo se celebró el anunciado partido entre el “U.S. Galicia”, de Santiago, y el “Peña F.C.”, de la localidad.

Minutos antes de comenzar, las encantadoras señoritas Pilarita Taboada y Carmiña Martínez, salieron a efectuar el saque, siendo obsequiadas por ambos capitanes con artísticos ramos de flores.

Terminó el encuentro con la victoria del “Peña F.C.”, por 2 a 1.

El numeroso público que asistió al match salió satisfechisimo. El árbitro enérgico e imparcial.

Arzúa, recomendable destino para veranear

O xornal de Compostela “El Correo de Galicia: diario independiente de avisos y noticias” do 14 de agosto de 1903 publicou esta breve nota:

Son muchas las familias distinguidas que veranean en las montañas de Arzúa, cuyo clima, por lo apacible e higiénico, es muy recomendable.

Morre accidentalmente unha moza en Ferreiros por un disparo

A primeiros do século XX existía unha costume entre os mozos chamada “correr a pólvora”, e que consistía en que, ao rematar unha romería se reunián e disparaban os seus revólveres ao aire. No xornal “La Voz de Galicia” do 3 de setembro de 1920 aparece unha tráxica nova, que nos conta como unha moza de 18 anos recibeu no pescozo unha desas balas disparadas por diversión:

Joven muerta en Arzúa

Hubo el domingo una romería en la parroquia de Ferreiros, del distrito de Arzúa, y acudieron a ellos mozos y mozas de aquella aldea y de las inmediatas.

También fueron a la misma fiesta reunidos, la joven de dieciocho años de edad Dolores Balado Rodríguez, sus hermanos Manuel, María y Mercedes y los mozos Manuel García Brocos y Cristóbal Vieites Aldariz.

Terminada la romería al anochecer, los mozos de aquella comarca allí reunidos, siguiendo una costumbre tradicional en tales fiestas, “corrieron la pólvora” disparando sus revolvers al aire.

Tuvo esto lamentables resultados, ya que una de las balas fué a herir en el cuello a la joven Dolores Balado, la que no tardó en fallecer.

Enterada de la desgracia la Guardia civil, detuvo al hermano de la víctima y a los otros dos mozos que le acompañaban, poniéndolos a disposición del juez de Arzúa.

O mesmo feito foi recollido o mesmo día por outro xornal: “El Compostelano: diario independiente”, que co antetítulo “En una romería” deu así a nova:

Joven muerta de un tiro

El día 29 último se celebró en el pueblo de Ferreiros, de Arzúa, una romería, a la que asistía la joven de 18 años Dolores Balado Rodríguez, vecina de aquella parroquia acompañada de sus hermanos Mercedes, María y Manuel y sus convecinos Manuel García Brocos y Cristóbal Vieites Aldariz, de 17 años de edad.

Cuando más entretenidos se hallaban formando un grupo, la Dolores se sintió herida por un proyectil que le penetró por el lado derecho del cuello en dirección horizontal, alojándose en las glándulas del lado contrario y produciendo intensa hemorragia interna y externa á consecuencia de la cual falleció pocos momentos después.

De las pesquisas que la Guardia civil del puesto de Arzúa llevó a cabo, resulta que el disparo debió de ser hecho a corta distancia, y que por la dirección de la bala y hallarse la interfecta con sus acompañantes separada un buen trecho de la romería, es casi seguro que el tiro fué disparado por el hermano de ésta ó alguno de los dos individuos que estaban en el grupo.

Los tres están detenidos y niegan ser los autores del disparo, aún cuando se contradicen en algunos extremos.

A Garda Civil de Arzúa atacada polo sarampelo

A “Gaceta de Galicia: Diario de Santiago. Decano de la prensa de Compostela” publicou o 4 de xaneiro de 1903 esta sorprendente e breve nova:

Se desarrolló el sarampión con proporciones alarmantes en la villa de Arzúa, siendo una de las casa más castigadas el cuartel de la Guardia civil.

Unha feira en Arzúa nos anos 40

O 5 de decembro de 1945, na sección “Galicia próspera y fecunda” de “La Voz de Galicia”, A. Barreiro López escribe unha rica descrición do que era unha feira naquel tempo, e facilita datos concretos como que os visitantes ascendian a tres ou catro mil persoas, ou que había sobre mil trescentas cabezas de gando e maís de trescentos tenderetes de tecidos e quincalla.

Arzúa es de ordinario una villa apacible y tranquila a la que parecen sobrar, por esa quietud, la mitad de los comercios de todas clases, fondas, barberías, cafés, etcétera, que se van encontrando al paso por aquellas rúas. ¿Para qué tanto? nos preguntamos, al verlos vacíos, en las calles casi desiertas.

-Es que aquí —me dice mi acompañante— les basta con vender dos veces al mes. En cualquier otro lado, un comerciante para sostenerse, “para ir tirando” necesita vender todos los días algo. Aquí, con lo que se trabaja el 8 y 22 de cada mes, que son días de feria, no necesitan más. Esos dias se suda de firme, es verdad, pero con lo que les “entra” no sólo se defienden, sino que ganan dinero… ¡Mañana lo comprenderá usted todo, cuando vea lo que es una feria en Arzúa!

Empecé a darme cuenta de su importancia al entrar a cenar en “Casa de Juana”, la fonda más popular no sólo de Arzúa sino de varias leguas a la redonda. El espacioso comedor y sus locales adyacentes estaban llenos: no había una mesa libre salvo la que nos habían reservado.

Los comensales eran todos “tratantes” de ganado mular y caballar. Enfundados en largas blusas negras con sombreros del mismo tono. En nada se diferenciaban salvo en el acento: los había salmantinos, vallisoletanos, granadinos, zamoranos, murcianos, etc.; creo que estaban representadas la mayoría de las provincias. Aquella oscuridad de las blusas absorbía mucha luz y el comedor tenía un aspecto fúnebre; la batahola de los diálogos alegraban, no obstante aquella penumbra.

Al observar la mesa de en medio donde comían, calado el sombrero, varios de los “enlutados” a los que iluminaba de lleno la lámpara central, me pareció un momento cuando uno de ellos blandía un tenedor para pinchar algo, que tení ante mí el famoso cuadro “Lección de anatomía”, de Rembrandt.

—Son ganaderos, ¿sabe?, me decía solícito más tarde don Celestino, propietario de la fonda. Le vienen de todas partes de España a comprar muías y caballos para vender después en Castilla. Estas ferias empiezan ahora y terminan para febrero. Son, con las de Monterroso, las más importantes de Galicia. ¡Ya verá mañana!

Y la mañana llegó. Al clarear el día me despertaron los bocinazos y los cláxons estridentes de los camiones y autobuses que abarrotados arribaban trepidantes a la villa. Cuando bajé, la fonda era un hervidero de gente. Los “enlutados” habían aumentado de modo alarmante y trabajo me costó ganar la puerta de la calle. Los coches de Santiago, Nóya, Betanzos. La Coruña, Lalín. Melllid, Curtis, etcétera, se alineaban a lo largo de la carretera contigua al campo de la feria y las calles se poblaban de “paisanos” que llegaban por todas partes. La sosegada villa de Arzúa estaba desconocida.

En el terreno magnífico de la feria —casi un kilómetro de longitud, cubierto de viejos robles y castaños centenarios— todo era bullicio, actividad, dinamismo. Se levantaban en un santiamén tenderetes de !a más variada traza. Cada vendedor arreglaba afanosamente su puesto o buscaba acomodo para exponer los géneros.

Me aconsejaron que no entrase en el campo para dar tiempo a ultimar tanto preparativo. Deambulé ua rato por las calles, espléndidas de sol y cada vez, más llenas de público, y pude, notar que los comercios, en otros días vacíos, estaban ahora rebosantes.

Fui, al fin. a la feria. Hice entrada por los puestos de quesos. Allí estaban atrayentes las famosas y riquísimas “tetillas” de la Illana, Vilasantar, la Castellana. Curtis y Arzúa. Alegraba los ojos ven tanta abundancla y diversidad de formas y tamaños. Los compradores de fuera, que eran muchos, romana en mano pesaban y pedían precio. A la noche vi camiones enteros cargados de cajas de quesos que llevarían sabe Dios a dónde…

Seguían después los puestos de pollos y gallinas; eran innumerables las aldeanas que los ofrecían al paso. A un lado destacaba la alfarería de Buño, “cuncas”, jarros, fuentes, ollas. Mellid estaba representado con un gran “stand” de “zocos” del país, para todos los pies… Trescientos y pico eran los tenderetes de tejidos y quincalla, algunos tan bien surtidos que muchos de sus efectos y artículos no los vemos en los establecimientos coruñeses. Todos estos “comercios” tienen su clientela y todos venden. La ferretería con su diversidad de objetos estaba también presente. En otros lados, cestas de huevos, manteca. Y en el centro del campo vacas, cabras, carneros, cerdos. No faltaban guarniciones, ni “la suerte del pajarito”, ni el charlatán que vendía relojes y paraguas, ni los que hacían ante su numeroso auditorio los más extraños experimentos con los que conseguían al fin, que picase la gente…

A un lado, abarcando el ferial de extremo a extremo, se juntaba el ganado caballar y mular. ¿Cuánto habría allí, santo Dios? Dijéronme que alrededor de mil trescientas cabezas. Apenas si se podía andar. El que me acompañaba, avezado a estas cosas, avanzaba sin embargo tranquilo, separando las mulas y hasta sacudiéndoles en las ancas para abrirse paso. Yo que iba detrás, no las tenia todas conmigo.

De las tierras montañosas de Lalín, Chantada, Arzúa, Monterroso y Mellid, abundantes en caballos y muías traen a estas ferias arzuanas mucho ganado. Los caballos del país de fea estampa y poca alzada, son en cambio fuertes y resistentes para el trabajo y apropiados para los malos caminos. Se explica que tengan mucha aceptación por ahí adelante, pagándose por ellos sumas increíbles.

Un grupo alrededor de un caballo me llamó la atención y me acerqué. Llegué en el mismo momento en que un chalán gallego, también de blusa negra, le asía la mano derecha a un “tratante” andaluz y se la alargaba hacia el paisano que vendía. Al mismo tiempo trataba de coger la mano de éste para que se la estrechase al otro.

—¡Dalle a man, coma un caballero, codio!. clamaba.
—¡No dou n’ese precio, hom!. decía el otro tratando de retirar el brazo.
—¡Me valja Dios… Non me deixes quedar mal. Manoel!… ¡Van vlntaoito mil reás…!
—Non feireo, contestó cacharudo el otro.

El andaluz. Intranquilo y molesto ya, de tener tanto tiempo estirado el brazo, exclamó resuelto a su “intérprete”:
—¿Pero qué dise er tío ese? ¡Mira que es grande esto que no nos entendamos siendo todos españoles!

No sé en que paró aquello.

Pregunté más tarde a personas enteradas qué valor en venta tendría el ganado mular y caballar que acudió a la feria y me dijeron que sobre diez millones de pesetas. Y que las transaccones habidas habían pasado del millón y medio. Agregad a esto lo que se vendió en vacuno y porcino; en tejídos, en quesos, etc., y lo que las tres o cuatro mil personas “llegadas de fuera” comieron y bebieron, en figones, fondas y cafés y tendréis la explicación exacta de por qué al comercio de Arzúa. para ganar dinero, le bastan dos días al mes.

A. BARREIRO LOPEZ.

Un mozo de Lema fai deter en Bos Aires ao asasino do seu irmán

O número 437 do xornal “El Eco de Galicia: órgano de los gallegos residentes en las repúblicas Sud-Americanas”, que foi publicado o 10 de decembro de 1903 na capital de Arxentina, conta como un rapaz de Lema de 17 anos viaxou ata Bos Aires e fixo deter a quen, tres anos antes , asasinou ao seu irmán. Nesta páxina xa recollemos a nova daquel crime en Lema, e agora reproducimos o texto da nova de 1903:

Detención de un homicida.-El joven de 17 años Jesús León Rodríguez, recientemente llegado de Galicia, ha hecho detener en Buenos Aires á Angel Sanchez, de 23 años, cocinero, á quien acusa de haber dado muerte á su hermano José León Rodríguez, hecho ocurrido en la parroquia de S. Pedro de Lema, Arzúa, en junio de 1900.

Como la captura de dicho sujeto no ha sido solicitada por las autoridades españolas, la policia ha dado conocimiento de la detención a la Legación de España.