Mortandade de reses entre Melide e Arzúa

A continuación reproducimos un texto publicado o 5 de novembro de 1832 no número 676 do xornal “El correo: periódico literario y mercantil”, fechado o 25 de outubro e que describe unha enfermidade das vacas chamada “nacida” e que afectou en 1826 ao gando entre Melide e Arzúa:

Lugo 25 de octubre.= Ha cesado la mortandad del ganado vacuno que se experimentó en el territorio de la jurisdicción de esta ciudad. A esta enfermedad se le da en el país el nombre de nacida. Se la considera contagiosa y producida por el calor, á que se sigue una gran hinchazon en la res que la hace rebentar. Se dice que está muy expuesta la persona que la desuella si le toca la sangre, de que se citan casos en el año de 1826 entre Mellid y Arzúa. En el inmediato pueblo de Albeiroa murió en este año una res, y pereció también todo el ganado vacuno, y los perros que tomaron el olfato en el lugar en donde había muerto., Un labrador perdió después hasta siete reses. La junta de sanidad de Lugo, escitada por su presidente el Sr. D. Manuel Cervela, comandante general, adoptó a su tiempo las medidas preservativas necesarias.

Na chegada a Arzúa do primeiro automóbil

O 6 de xullo de 1900 o xornal “La Voz de Galicia” publicou unha nota, firmada por Taboada, que daba conta da chegada por tren a Curtis de dous omnibús de vapor, que, pasando por Arzúa, deberian chegar a Santiago de Compostela.

Según conta Xosé Alfeirán no mesmo xornal en abril de 2017, nese último ano do século XIX había unha liña regular A Coruña – Santiago da compañía “Automóviles Gallegos” e os que pasaron por Arzúa ian destinados á competencia: “Automóviles Compostelanos”. O tempo que tardaban en cubrir o traxecto de Santiago á Coruña era de pouco maís de cinco horas.

Pero o que nos interesa é como eses novos vehículos pasaron por Arzúa en 1900 e a fonda impresión que causaron nos nosos antergos. Reproducimos a continuación duas novas, publicadas en días sucesivos na Voz de Galicia, a primeira, do 6 de xullo dí:

A la hora en que telegrafío terminó la difícil y delicadísima operación de descargar los automóviles desde la plataforma del ferrocarril.

Fué hecha habilmente y dirigida por el competentísimo gerente don Juan García.

Todos los operarios trabajaron con gran entusiasmo. Ayudaron al jefe de la estación y el personal del ferrocarril del Norte. El primero con la galantería que siempre habrá que agradecerle dió todo género de facilitades.

La impresión que producen los omnibus es admirable.

Con toda seguridad han de llamar la atención de esa ciudad.

Son cómodos y elegantes.

Ahora prepárense a salir.

El banquete que habrá en Arzúa impide fijar la hora de llegada pero creo que dada la pericia del personal y la bondad de las máquinas llegarán á las siete de la tarde.

Desde Arzúa telegrafiaré.

Taboada.

O día seguinte, xa en Arzúa, envíase esta outra nota:

Estamos aquí sin novedad desde ayer tarde. Los maquinistas salvaron las dificultades que ofrece el camino. En Arzúa se nos dispensó cariñoso recibimiento. Diéronnos banquete en el Casino con asistencia de lo más distinguido de Arzúa.

Los campesinos al ver los automóviles muéstranse asombrados. Algunos se santiguan y otros se arrodillan. El jefe del personal señor Díaz fué objeto de aplausos por sus acertadas órdenes. Debido al carbón que esperamos llegue hoy pues se pidió á Santiago, no pudimos salir esta mañana.

No puedo precisar la hora de llegada hasta que recibamos el combustible. Sin embargo creo que estaremos en Santiago á las ocho o nueve.

Reina entusiasmo entre los excursionistas. Taboada.

O día 9 o mesmo Taboada escribe no mesmo xornal que na vila de Arzúa foron “moi obsequiados” todos os expedicionarios, pero reproducimos a nova publicada o día 10 de xullo no número 978 do xornal “El Áncora: diario católico de Pontevedra” que ven a ser un extracto da mencionada do día 9 na Voz:

A Santiago llegaron los automóviles, y permanecieron en Mámoa hasta las nueve de la mañana en donde fueron admirados por muchísima gente hasta que se condujeron á la cochera.

Los carruajes son muy cómodos, y están dotados del confort y lujo apetecidos, tienen una gran plataforma detrás.

La falta de combustible y las detenciones en Arzúa y Arca fueron la causa de que el público impaciente en ambos días, no haya podido apreciar más pronto la esbeltez y excelentes condiciones de los mismos.

El público que los vió, hizo grandes alabanzas del lujo y belleza desplegados en su construcción.

Uno de estos días se verificarán las pruebas oficiales y luego correrán á la Coruña

| Los primeros omnibus a vapor, por Xosé Alfeirán, en La Voz de Galicia, 10 de abril de 2017
| De Coruña a Santiago en omnibus a vapor, por Xosé Alfeirán, en La Voz de Galicia, 24 de abril de 2017

Arzúa no Liber Sancti Iacobi ou Códice Calixtino

Parece que a actual vila de Arzúa aparece mencionada no Liber Sancti Iacobi, que data do ano 1.140 aproximadamente. Das copias manuscritas deste “Libro de Santiago” a máis famosa é o chamado Códice Calixtino que se conserva no arquivo da catedral de Santiago e foi elaborada entre 1.160 e 1.180.

Para explicar esta mención, reproducimos un artigo do mediavalista Manuel Cecilio Díaz y Díaz, e que foi publicado no número 1 da revista “Uila Noua: voceiro arzuán” o 1 de xaneiro de 1986 (páxina 4):

En el siglo XII, cuando las circunstancias políticas, sociales y económicas favorecen la actitud religiosa de penitencias y redención de culpas que constituyen la base de las peregrinaciones, eran muchos los peregrinos que de todas las regiones de la Europa occidental acudían a Compostela, movidos a la vez por el prestigio del santuario jacobeo, su lejanía (cerca de Finisterre) y las especiales condiciones de la Península Ibérica (árabes al sur del Tajo, siempre activos; tensiones entre los dos poderosos reinos de Castilla-León y de Aragón, más Navarra, junto con el problema de los indómitos vascos, etc.). Todo esto hacía atractivo este camino, en tanto que se consideraba más cómodo y sin problemas el de Roma, y con exigencias casi insuperables para muchos el de Constantinopla y Jesuralén. Eran muchos los que recorrían el camino de Santiago, pero podían ser todavía más. Y así, se concibió todo un sistema de propaganda de la peregrinación compostelana que redundaría en beneficios espirituales, pero también en ventajas económicas y de poder para muchos centros de devoción situados a lo largo del camino de la peregrinación. Entre los mecanismos inventados para incitar a la peregrinación hubo uno, evidentemente destinado a minorías muy selectas pero poderosas y capaces de servir de ejemplo, que fue la elaboración de un libro que cantase las excelencias del apóstol Santiago e ilustrase a los posibles peregrinos sobre las riquezas espirituales y las maravillas que podían poner al alcance de su mano haciendo el viaje a Compostela. Así surge hacia 1140 el llamado Libro de Santiago, un conjunto en el que se reunen todos los textos relativos a la vida y martirio del Apóstol. Una colección amplia y variadísima de sus milagros y una guía del peregrino, ésta inicialmente orientada a descubrir la ruta que había de seguir y los santuarios que podría visitar en esa ruta o en sus cercanías hasta llegar a la propia Compostela. Por si este conjunto, parecido a otros que se crearon para fomentar la devoción a otros santos en distintas regiones, no parecía suficiente, se le incorporó otra obra en la que se contaban maravillas del personaje más legendario de aquellos tiempos, el emperador Carlomagno, al que se le suponía fiel devoto de Santiago y uno de los primeros peregrinos a Compostela. Este conjunto de textos se hizo circular sobre todo por Francia. Hacia 1150 en Santiago mismo se enriqueció con más textos todavía. Y como muestra de devoción a Santiago y ejemplo fehaciente de la situación de la propaganda de las peregrinaciones, se sacó una copia muy cuidada que se ofrendó a la Catedral de Santiago antes de 1160 y todavía se guarda en ella como un preciado tesoro, el llamado Códice Calixtino. Pero no es este el único ejemplar que nos resta del Libro de Santiago, del que se conocen actualmente varios ejemplares, de fechas diferentes y guardados en diversas bibliotecas europeas (Lisboa, Salamanca, Londres, Vaticano, Barcelona, etc.).

En un curioso capítulo de la Guía se señalan los más importantes lugares que cruza en su peregrinación el romero compostelano. Gracias a esta descripción nos son bien conocidos las etapas de la ruta jacobea. En ella, hacia el final, por referirnos solamente a las comarcas más cercanas a Santiago, nos encontramos con el texto siguiente: “Después viene el puente sobre el Miño (Portomarín); después Sala de la Reina (Saa); después Palas de Rey; después Campo Leboreiro (Leboreiro en Melide); después Castañola (evidentemente A Castañeda); después Vilanova; después Ferreiros; después Compostela, la admirable ciudad del Apóstol”. La disposición geográfica no parece permitir la menor duda sobre la identificación de la llamada Vilanova. Ya desde hace tiempo se viene identificando Arzúa, equidistante entre la Castañeda y Ferreiros. No tenemos ningun otro testimonio de este nombre, del que tampoco queda ninguna clase de huellas en los nombres menores de lugar. Cuando encontramos tiempo después mención de Arzúa en la documentación del monasterio de Sobrado, ya aparece situada en pleno camino de Santiago y con el nombre actual.

No cabe la menor duda de que el nombre de Vilanova está denunciando la reciente fundación de este poblado en el camino de Santiago y en función de él. No sabemos quienes hayan podido ser los primeros pobladores del mismo, ni la época en que se haya hecho el poblamiento, aunque quizás se podría aceptar que se remontase a comienzos del siglo XI. Esto justificaría que todavía los peregrinos que pasan por el camino tomando notas para la Guía entre 1120 y 1130 no conociera otra denominación que la de “Pueblo Nuevo”; pero también que la titulación de las dos parroquias que comprenden la nueva denominación sea tan significativa como la de Santa María y Santiago. Probablemente fue Santa María la primera población, que luego se corrió un poco al Este para, apoyándose en el Camino, crear la nueva parroquia de Santiago.

Nos movemos en el terreno de las hipótesis, pero éstas son necesarias para comprender los nombres de las dos parroquias, el nombre de la villa de Arzúa y esta antigua denominación que vemos recogida a comienzos del siglo XII. Otro tema distinto es el origen de la forma Arzúa, cuya etimología es por el momento desconocida. Algun día habrá que prestar atención a este asunto. Por el momento baste saber que Arzúa, bajo su otro nombre de Vilanova, cuenta con una preciosa ejecutoria de antigüedad en la narración que leyeron lo muchos peregrinos que sin duda se asomaron al Libro de Santiago.

Un banquete barato

Grazas a hemeroteca do xornal “La Voz de Galicia”, pasará a historia un feito chusco que tivo lugar nunha fonda de Arzúa. Baixo o epígrafe “Un banquete barato” na páxina cinco do xornal do 26 de setembro de 1936 pódese ler:

En una fonda que tiene en Arzúa D. Eugenio Rilo Torres, se presentaron a comer los vecinos de Calvos Manuel Pozas Vázquez, Agustín Rito Méndez, Pedro Suárez Bravo, Manuel Galán Rodríguez, Luis Mecías Tato, José Rodríguez Martínez y Luis Rodríguez Pazos.

Cuando dieron por terminado el “banquete” llamaron al fondista, pero no para abonarle el gasto hecho, sino para decirle que pagaría el gasto el cura párroco D. José Pérez Lodeiro.

Más tarde vino en conocimiento el señor Rilo Torres de que había sido víctima de un engaño, ya que el párroco no tiene que ver nada con el festín ni autorizó a los comensales a invocar su nombre.

Cincuenta carlistas de a cabalo irrompen na feira

Segundo podemos ler na páxina 366 do xornal “El nacional: diario de la tarde” do 26 de abril de 1836, o día 8 de ese mes apareceron na feira os carlistas, polo camiño de Burres, e os soldados isabelinos enfrontáronse a eles. Na transcrición corriximos algún erro nos topónimos (Nellid por Mellid, Cotorbe por Cortobe). A nova di así:

El capitán general de Galicia con fecha 16 trascribe los partes que le han dirigido el brigadier don Francisco Ocaña, comandante militar del cantón de Mellid, y del que lo es del de Santiago. En el primero se le noticia que el capitán de cazadores de Castilla don Juan de Santos y Jimenez, hallándose en Arzúa con objeto de proteger la feria, se presentaron el día 8 por el camino de Burres unos 50 facciosos a caballo haciendo fuego, acompañado de la gritería de costumbre. Inmediatamente se dispuso á atacarlos, mandando al subteniente don Juan García Salas con una cuarta de compañía por la izquierda, al sargento segundo José López por el centro con una guerrilla, dirigiéndose el en persona con el resto de su compañía y comandante de Nacionales movilizados por la derecha con el fin de cortarlos. A distancia de un cuarto de hora la infantería rebelde, que se hallaba tras unos parapetos, rompió un vivo fuego, el que fue despreciado por nuestros valientes, que á pesar de ser un número muy inferior lograron desalojarlos y perseguirlos en su retirada hasta el lugar de Cortobe. El resultado de esta acción ha sido causarles 8 muertos que se vieron en el campo, sin otros, y los heridos que pudieron ocultar y llevarse, habiendo tenido por nuestra parte 2 heridos de gravedad y uno levemente. Se han distinguido particularmente el subteniente del regimiento de Castilla don Juan García Salas, el de igual clase de Nacionales don José María Salgado, los sargentos segundos José López y Francisco Piñeiro, los cazadores Manuel Santiago, Francisco Barreiro y Manuel Año, heridos, y F. Souto y los Nacionales Juan Soto y Francisco Gonzalez.

Caballería calista, 1837. Augusto Ferrer Dalmau

O alcalde de Arzúa pide que a Garda civil acuda as romerías

No xornal “El Correo de Galicia: Diario independiente de avisos y noticias” do día 8 de xuño de 1903 publicouse:

El alcade de Arzúa interesó del gobernador civil que ordene que las fuerzas de la benemérita concurran á las romerías que desde este mes se celebran en aquél término casi todos los domingos.

Un abuso de poder do cura de Burres

A continuación reproducimos unha nova publicada no xornal “La Voz de Galicia” o 12 de febreiro de 1884 e que conta como, por mor dun pleito que o sacerdote mantiña cun veciño, trata de impedir a voda da súa filla:

Dícennos de la villa de Arzúa que el párroco de San Vicente de Burres viene resistiéndose á publicar las proclamas de dos jóvenes que quieren contraer matrimonio, á pretexto de que el padre de la contrayente sostiene hace tiempo un pleito contra el representante de la mitra de Santiago, acerca del mejor derecho al disfrute de la capellanía de San Pelayo y San Antonio de Preguntoño.

La conducta de ese señor párroco no nos parece todo lo correcta en este particular, porque de seguro dará motivo á que muchos jóvenes, vista la resistencia del ministro de la iglesia, á legitimar su unión, pasen á vivir de un modo que dicho señor sacerdote seria el primero en reprobar.

Si la influencia de El libredon, ó la de sus inspiradores, es tan grande como nosotros creemos, bueno sería que se recomendase al aludido parroco, que cediese en su tenacidad

Unha multa con algo de “exceso”

Arzúa e rica en “contos”, transmitidos de xeito oral, e seguramente verídicos ou cunha base certa. Non son doados de datar, nin están moitos recollidos, pero todos forman parte do patrimonio inmaterial dos arzuáns e merecen ser preservados. A continuación reproduzo literalmente un atopado en internet por alguén que firma como “O Perello” e a quen lle debemos agradecer que preservara para todos uns poucos de estes “contos”. Dateino no, 1960, pero ben podería ser de dez anos antes (ou despois). Calquera contribución sobre esta ou outra historia de Arzúa será benvida no enderezo info (arroba) arzua.net:

Hai nos baixos da casa do concello dous portelos a ambolosdous lados da porta principal, que dan acceso ó oco por donde se descolgan as pesas do reloxio. Aínda cando eu era un rapaz, adoitaban estar abertas. Os cativos íamos alí con esa mistura de curiosidade e medo que impoñían aquelas enormes espadas de Damocles. Pero o seu interior tamen era alivio para vexigas apuradas de xente de paso por ese lugar.
E aquí arranca o conto de hoxe. Un bo día, un veciño dunha parroquia deste concello (creo recordar que S. Martiño de Calvos), estaba regando no serrín que cubría o solo de un deses ocos co que lle sobraba no corpo, cando foi sorprendido in fraganti por un garda municipal. Éste, decidiu escarmentar ó infractor e espetoulle unha multa por “horinar en los bajos del ayuntamiento” e un importe dunhas 15 pesetas que daquela era algo así como 30 euros de agora.
O pobre do veciño, subiu ás oficinas do xulgado, que se atopaban arriba, do lado que da á calle do Norte buscando a Victoriano, a quen coñecía, coa esperanza de que lle aforrase as 15 pesetas. E chegado xunto del, díxolle si habería maneira de quitarlle a multa ou, se non toda, alomenos “quitarlle algo”. Victoriano mirou o papeliño da multa e coa súa sorna habitual, contestoulle: “Como non lle quite a H a horinar…”

|Copiado do blog Contos de Arzúa

Corrida de touros en Arzúa no 1906

A “Guía Taurina” redactada e recopilada por Juan Manuel Rodríguez, e editada por primeira vez no ano 1906, incorpora un listado de prazas de touros provisionais onde figuran “pueblos donde, sin haber Circo taurino, se celebran corridas de poca importancia, y fechas en que suelen verificarse dichas fiestas”, e dentro das da provincia da Coruña, aparece Arzúa o día do Corpus (páxina 107). Outras localidades da provincia nas que había touros nesa época foron Betanzos, Muros, Ortigueira e Santiago.

Un cantar de Arzúa e outro de Rendal

En 1923, a “Librería de los sucesores de Hernando” editou en Madrid o “Diccionario Geográfico Popular de cantares, refranes, adagios, proverbios, locuciones, frases proverbiales y modismos españoles” recollidos e ordenados por Gabriel María Vergara Martín. Inclue na páxina 78 estos versos recollidos en Arzúa:

As rapaciñas d’a Arzúa,
eu direi quen elas son;
collen seu pai polas barbas,
“Anda por eiqui, castrón”.

Indo para Santiago,
n’o encontrei senon urtigas;
volvéndome para Arzúa,
¡ai qué lindas raparigas!

Quédate con Dios, Arzúa,
con ventanas e vidrieras,
que de todos me despido
menos d’as mozas solteiras.

E recollida en Rendal (que figura erroneamente como Bendal), na páxina 297:

O cura de Rendal
non ten camisa lavada;
¡que viva o cura d’Arzúa!
ventecinco n-a colada.